Ya desde el día de la partida, compartiremos destino con muchísimos otros caminantes, gentes de todos los países pero con las mismas inquietudes y necesidades que nosotros. El contacto social es inevitable. Las anécdotas más divertidas que contaremos al volver harán referencia a momentos vividos con otros peregrinos y seguro que al volcar las fotos en el ordenador tendremos muchas con nuestros nuevos compañeros.
No es que esté en contra de las fotos que yo denomino "reglamentarias" (esto es, posando delante de algún monumento típico, o todos abrazados en el camino...), pero yo prefiero darle alguna vuelta al tema y conseguir fotos más personales... esto es sólo cuestión de gustos.
Los pies de los cinco integrantes del que fue mi grupo en Sahagún, centro geográfico del Camino. (León) Panasonic LUMIX DMC-LX3 f4,5 - 1/800" - ISO 80 |
Otro de los aspectos que podemos explotar durante el camino es la simbología. Nos vamos a hartar de ver la omnipresente flecha amarilla que señala la dirección correcta en las encrucijadas. Luego encontraremos conchas amarillas sobre fondo azul, que también indican la dirección correcta y cuando se atraviesa una ciudad grande (Pamplona, Logroño, Burgos, León...) cada ayuntamiento marca la ruta como mejor le parece (conchas en las baldosas, flechas, cartelitos etc...)
Pero sin duda, el que es el símbolo del Camino de Santiago es la vieira del peregrino. Casi todo el mundo la lleva colgada en la mochila (aunque antiguamente sólo la llevaban los que volvían de Compostela, como prueba de que habían llegado a su destino).
Si a la vuelta queremos montar un álbum con nuestras mejores fotos, estos símbolos nos pueden dar mucho juego para intercalarlos entre fotos más o menos monótonas de paisajes o gente.
Vieiras decoradas con varios motivos en una tiendecita de Trabadelo (León) Panasonic LUMIX DMC-LX3 f2,8 - 1/125" - ISO 80 |
Siguiendo nuestro lento pero constante caminar, un día nos encontraremos subiendo las empinadas rampas que llevan hasta O'Cebreiro. Es la puerta de entrada a Galicia, una tierra mágica y misteriosa, como sus bosques cerrados y sus tortuosas corredeiras (caminos encajados entre muretes de piedra). Poco a poco nos vamos acercando a Compostela, pero en nuestro interior algo se rebela... vemos cerca el final de nuestra avuentura, pero no queremos que el camino termine. Es normal, dicen... el Camino atrapa, y yo ya he caído irremisiblemente en sus garras.
Bosque de Castaños (Lugo) Panasonic LUMIX DMC-LX3 f2,8 - 1/25" - ISO 200 |
Suele pasarme que en los primeros días de un viaje tomo muchas fotografías y luego, conforme se van sucediendo las jornadas el ritmo va decayendo. No sé si será por cansancio, por la rutina, por pereza o simplemente porque la novedad de los primeros días ya ha pasado. Y en este viaje en particular puede haber otra razón, y es que cada día que pasa me siento más peregrina (léase en sentido amplio de la palabra y no necesariamente ligado a connotaciones religiosas) y menos fotógrafa... Ahora que el final del viaje empieza a verse como algo cercano, me "obligo" a seguir documentando mis pasos y a tener los ojos de ver mundo bien abiertos. La magia del Camino es que cualquier recodo puede depararte un encuentro casual, una escena inolvidable o una buena oportunidad fotográfica.
Día de niebla, entre Sarria y Portomarín (Lugo) Panasonic LUMIX DMC-LX3 f5,6 - 1/60" - ISO 80 |
Creo que, como todo en la vida, el truco es ir a tu ritmo, disfrutando del día a día y de todo lo que el Camino te va ofreciendo. Almenos así me lo tomé yo, y tengo la certeza de que es una lección que aplicaré en el futuro. Hemos vivido tantas cosas en este viaje, y aún nos quedan algunas jornadas para vivir más. Por eso, al llegar a Sarria y ver multitud de peregrinos empezando desde aqui* pienso "pobres, si se lo han perdido todo..."
* Para obtener la Compostela (el certificado que acredita haber realizado el Camino) sólo se exige haber completado los últimos 100 km a pie o a caballo, o los últimos 200 en bici. Es por esto, que mucha gente solamente hace este tramo final, ya que Sarria se encuentra a 112 km de la meta.
Parroquia de Santa Marina, vista desde la Calle Mayor. Sarria (Lugo) PANASONIC LUMIX DMC-LX3 f 8 - 1/500" - ISO 80 |
Cuando empecé esta aventura mi objetivo era llegar a Santiago de Compostela. Una vez ahí desearía estar todavía en camino... Es curioso cómo ha cambiado mi pensamiento en treinta y pocos días... ¿será lo único que ha cambiado en mí? Vale, si, nos gustaría que los viajes o las vacaciones no terminaran nnuuunca, pero aunque me encanta viajar también me gusta regresar a casa, ya que allí tengo todo lo que quiero y a todos los que me quieren. Esta vez no tengo esa sensación. No, para mí no supuso una alegría llegar a la Praza do Obradoiro, quizás sólo un sentimiento de "objetivo cumplido"...
Aún así nos hicimos las típicas fotos "reglamentarias" delante del Pórtico de la Gloria (ésta no me hubiera perdonado no tenerla) y cumplimos con todos los rituales del peregrino. Era el principio del fin.
Para los que, como yo, piensan que "esto no puede acabar así" siempre queda la opción de seguir caminando y llegar en 4 jornadas más al Cabo Fisterra, en finis terrae de los romanos, uno de los confines del mundo conocido en la antigüedad, y dicen por ahí, que el verdadero final de las primeras peregrinaciones jacobeas. Así pues, y después de descansar un día en Santiago, seguí camino en el que fue el día más duro del viaje, no físicamente sino a nivel psicológico. Dejar Santiago fue un auténtico drama, dejar atrás al grupo y asumir que nada volvería a ser lo mismo, pero exorcicé mis demonios poniendo un pie delante del otro y siguiendo camino hacia el mar. Y haciendo fotos, claro.
Cruzeiro da Costa da Morte. Cabo Fisterra (A Coruña) PANASONIC LUMIX DMC-LX3 f5 - 1/80" - ISO 80 |
Justo antes de llegar, con el pueblo de Finisterre ya a la vista, me senté en un rincón de la Praia do Langusteira y lloré, pero eran lágrimas de alegría. Salieron todas las emociones de estos casi cuarenta días y me tomé mi tiempo antes de proseguir y dar por cerrado el viaje. Fue uno de los momentos más felices de mi vida. Ahora si, ahora todo encajaba de forma natural. El Camino se terminó, al menos este camino.
Quedaba subir hasta el cabo, auténtico final del sendero, pero me reservé la tarde para este cometido. La mística del lugar aumenta con los matices cálidos y anaranjados del ocaso. El lugar siempre está lleno de gente, en su mayoría peregrinos como yo, pero el silencio era la nota dominante. Quizá cada uno estaba con sus pensamientos, sus vivencias, recordando los pasos que les llevaron hasta allí y los que darían a partir del día siguiente... No lo sé, cada caminante tiene su historia y hay muchos caminos distintos dentro del mismo camino. Este fue el mío. Almenos el primero...
Una pareja hace una foto a la puesta de sol. Cabo Fisterra (A Coruña) PANASONIC LUMIX DMC-LX3 f8 - 1/1000" - ISO 80 |
NOTA FINAL: Para todos aquellos que estéis pensando en recorrer el Camino de Santiago, no puedo sino animaros a hacerlo. Sin duda es una de las mejores experiencias que se pueden tener.
Asimismo, me permito recomendaros dos páginas web excelentes, con toda la información necesaria para preparar y hacer el Camino.
www.gronze.com
www.caminodesantiago.consumer.es
Y no hace falta decir que estaré encantada de responder a vuestras consultas, dudas o comentarios.
Para recuperar las dos primeras entregas de este viaje, podéis hacerlo fácilmente a través de estos links:
Camino de Santiago (I)
Camino de Santiago (II)
Amiga... rescato algunas frases de tu relato, ya que sentí exactamente lo mismo:
ResponderEliminar"Poco a poco nos vamos acercando a Compostela, pero en nuestro interior algo se rebela... vemos cerca el final de nuestra avuentura, pero no queremos que el camino termine. Es normal, dicen... el Camino atrapa, y yo ya he caído irremisiblemente en sus garras."
Por eso, al llegar a Sarria y ver multitud de peregrinos empezando desde aqui* pienso "pobres, si se lo han perdido todo..."
Abrazos peregrinos!
Fue genial hacer el Camino, y fue genial conoceros. ¡Cuántas cosas vivimos! Y aunque lo intente, es muy difícil de plasmarlo en frases. Por eso me alegra que lo sientas como yo, y es que en definitiva, así lo vivimos!
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