"La aventura, la gran aventura, es contemplar cómo aparece una cosa desconocida cada día delante de tus ojos".

-Henry Cartier-Bresson-

30 mar 2014

Fotografía Fácil: Los Objetivos

Al contrario de lo que cree la mayoría de la gente, la calidad final de la imagen no depende (al menos exclusivamente) de lo buena que sea nuestra cámara. Es cierto que las cámaras más avanzadas nos ofrecen más posibilidades en el momento de decidir y controlar los parámetros de una fotografía, pero sigue siendo posible obtener grandes imágenes con equipos fotográficos modestos, de la misma manera que las cámaras más avanzadas no garantizan en absoluto una buena foto.

Lo que hará que una fotografía tenga calidad es la justa combinación entre la experiencia o técnica del fotógrafo, lo buena que sea la óptica con la que tomemos la fotografía y la cámara (siendo esta última -creo- la parte menos importante de la ecuación). En su camino hasta el sensor, la luz tendrá que atravesar el objetivo de nuestra cámara, es por esto que es aconsejable conocer y saber aprovechar las particularidades ópticas de los objetivos y cómo actúan a distintas distancias focales.

Tradicionalmente los objetivos fotográficos eran de óptica fija, es decir, no se podía variar la distancia focal (no había zoom). Hoy en día -y aunque siguen existiendo las ópticas fijas- se han popularizado los objetivos tipo zoom que ofrecen mucha más versatilidad, ya que nos permiten variar el rango focal obteniendo unos u otros efectos dependiendo de la distancia focal con la que decidamos hacer la fotografía.

Así pues, y agrupándolos por distancia focal, las ópticas pueden ser de tres tipos:


Nikon 50mm. f 1,4 y su ángulo de visión
-  Objetivos ESTÁNDAR o NORMALES.

Siempre se había considerado a la óptica de 50 mm. como la que presentaba un ángulo de visión mas parecido al del ojo humano, por tanto ésta es la referencia de objetivo estándar que equipan muchas cámaras.

De hecho, y en sentido amplio del término, podríamos englobar en este grupo de objetivos estándar las distancias focales comprendidas entre los 35 y los 70 mm.
Detalle de una casa en Valldemossa (Mallorca)
Nikon D300s - Sigma 18-50 f 2,8
f11 - 1/40" - ISO 800
En esta fotografía se utilizó una rango focal de 50mm*. Esta distancia focal va bien para aislar ciertas partes de la imagen, pero conservando una buena definición en toda la fotografía y muy poca distorsión.



Nikon 24mm f 2,8 con su ángulo de vistión
- Objetivos GRAN ANGULAR.

Las ópticas con rangos focales comprendidos entre los 18 y los 35 mm. ofrecen un amplio campo de visión, mucho más que las ópticas estándar, pero tienen la particularidad de que alejan la imagen y una marcada sensación de profundidad entre el primer plano y el fondo.

Otra característica de estas ópticas es que suelen deformar la imagen, sobretodo en los laterales. Por último, presentan una nitidez y una profundidad de campo excelente.

Luces y sombras en el claustro del Monasterio de Poblet (Conca de Barberà)
Nikon F 80 - Cosina 19-35mm f3,5 - Película b/n Ilford HP5 Plus ISO 400
Esta imagen, tomada aún con película fotográfica, se hizo utilizando un objetivo gran angular, concretamente un 19mm. Aunque el gran ángulo de visión permite ver los dos pasillos del claustro, podemos apreciar claramente cómo la imagen presenta una distorsión de barril haciéndose más evidente en los extremos.


- TELEOBJETIVOS.

Nikon 70 -200 mm. f2,8 y sus ángulos de visión mínimo y máximo
Aquellas ópticas que tienen rangos focales por encima de los 70 mm. tienen la particularidad de acercar los objetos lejanos, a la vez que cierran muchísimo el ángulo de visión, lo que nos permite aislar pequeñas partes de la imagen que tenemos delante de nuestros ojos.

Un teleobjetivo, además de acercar la imagen, tiende a comprimir los planos, haciendo parecer más próximos entre sí los elementos del primer plano y el fondo. Otra característica de este tipo de objetivos es su reducida profundidad de campo, creando el interesante efecto de desenfoque selectivo o "bokeh".

Otra cosa que debemos tener en cuenta, es que los teleobjetivos zoom más económicos no mantienen la misma apertura de diafragma a lo largo de todo el rango focal, es por esto que sólo nos ofrecerán su apertura máxima cuando disparemos a la mínima distancia focal. Por ejemplo, un tele 70-300 mm. f 4,5 - 5,6 podrá abrir el diafragma a f4,5 en su posición de 70 mm, pero si lo colocamos a 300 mm sólo obtendremos una apertura máxima de f5,6.

La luna sobre Praga (Rep. Checa)
Nikon D300s - Sigma 70-200 f2,8
f10 - 1/200" - ISO 250


Aquí la idea era captar la luna que acababa de salir sobre el cielo de Praga, pero con las ópticas estándar hubiese quedado muy pequeña. En cambio, utilizando una distancia focal de 300mm* la luna ya se empieza a ver de buen tamaño.

Por otro lado, al comprimir los planos también crea la sensación de que la luna y la torre estén mucho más juntas de lo que en realidad estaban.














A parte de estas distancias focales de los objetivos más usuales, también podemos encontrar en el mercado otros tipos de ópticas con un uso mucho más especializado, como los objetivos MACRO  (que nos permiten acercarnos muchísimo al sujeto ya que están diseñados para reducir la distancia mínima de enfoque), los grandes SUPERTELES (aquellos teleobjetivos con focales superiores a 400mm., muy utilizados por fotógrafos deportivos o de vida salvaje), los muy técnicos objetivos DESCENTRABLES (permiten corregir la deformación producida en las líneas verticales u horizontales mediante un desplazamiento con respecto a su eje) o los denominados OJOS DE PEZ o angulares extremos (ópticas que presentan un ángulo de visión de 180º lo que les hace capaces de captar un plano horizontal completo pero que presentan una distorsión muy acusada).

Por mi experiencia personal, la gran mayoría de fotografías se suelen hacer con las ópticas más estándares (esto es, con el 28-80 mm, o 28-105 mm) pero no está de más disponer de un par o tres de objetivos que cubran las distancias desde 18 o 19 mm. hasta los 200 mm. Teniendo claro qué particularidades tiene cada uno y el tipo de foto que queramos hacer, podremos escoger siempre el que más nos convenga.

Últimamente se han popularizado los "todo en uno", ópticas que cubren un rango focal 18-200 mm. o parecido (27-300 mm. efectivos). No voy a negar que son versátiles y cómodos, ya que no hay que ir cargando con peso extra ni cambiando las ópticas cada vez (yo misma tuve uno de esos) pero la calidad de imagen que dan no es la que obtendríamos con buenos objetivos de rango focal más limitado, o incluso con ópticas fijas.

Mi consejo es que antes de cambiaros de cámara, mejor invertid en cristales de calidad. No tiene sentido comprar una cámara de lineal más alto si delante le seguimos poniendo una lente de plástico, en cambio un buen objetivo os puede durar toda la vida, y el esfuerzo económico que significa adquirir buenas ópticas se verá recompensado por la calidad de imagen que obtendréis con ellas, sobretodo en tomas con luces complicadas. Y si lo que queréis es una buena compacta o bridge, fijaos en qué tipo de óptica monta en lugar de si lleva más o menos "gadgets" que a buen seguro no utilizaréis tanto como el objetivo, que intervendrá en cada toma.


*- Las distancias focales del artículo están expresadas tomando como referencia las cámaras tradicionales de 35mm. o las DSLR de formato completo. Para cámaras digitales con sensores que no sean "full frame" hay que tener en cuenta el correspondiente factor de multiplicación. 


27 mar 2014

Viajes: El Camino de Santiago (III)

El Camino no sería la experiencia que es sin el factor humano. Recorriendo la ruta jacobea, uno se va encontrando con gentes de todo tipo y condición y puede que, si se desea, hasta pueda encontrarse a uno mismo.
Ya desde el día de la partida, compartiremos destino con muchísimos otros caminantes, gentes de todos los países pero con las mismas inquietudes y necesidades que nosotros. El contacto social es inevitable. Las anécdotas más divertidas que contaremos al volver harán referencia a momentos vividos con otros peregrinos y seguro que al volcar las fotos en el ordenador tendremos muchas con nuestros nuevos compañeros.
No es que esté en contra de las fotos que yo denomino "reglamentarias" (esto es, posando delante de algún monumento típico, o todos abrazados en el camino...), pero yo prefiero darle alguna vuelta al tema y conseguir fotos más personales... esto es sólo cuestión de gustos.

Los pies de los cinco integrantes del que fue mi grupo en Sahagún, centro geográfico del Camino. (León)
Panasonic LUMIX DMC-LX3
f4,5 - 1/800" - ISO 80

Otro de los aspectos que podemos explotar durante el camino es la simbología. Nos vamos a hartar de ver la omnipresente flecha amarilla que señala la dirección correcta en las encrucijadas. Luego encontraremos conchas amarillas sobre fondo azul, que también indican la dirección correcta y cuando se atraviesa una ciudad grande (Pamplona, Logroño, Burgos, León...) cada ayuntamiento marca la ruta como mejor le parece (conchas en las baldosas, flechas, cartelitos etc...)
Pero sin duda, el que es el símbolo del Camino de Santiago es la vieira del peregrino. Casi todo el mundo la lleva colgada en la mochila (aunque antiguamente sólo la llevaban los que volvían de Compostela, como prueba de que habían llegado a su destino).
Si a la vuelta queremos montar un álbum con nuestras mejores fotos, estos símbolos nos pueden dar mucho juego para intercalarlos entre fotos más o menos monótonas de paisajes o gente.

Vieiras decoradas con varios motivos en una tiendecita de Trabadelo (León)
Panasonic LUMIX DMC-LX3
f2,8 - 1/125" - ISO 80

Siguiendo nuestro lento pero constante caminar, un día nos encontraremos subiendo las empinadas rampas que llevan hasta O'Cebreiro. Es la puerta de entrada a Galicia, una tierra mágica y misteriosa, como sus bosques cerrados y sus tortuosas corredeiras (caminos encajados entre muretes de piedra). Poco a poco nos vamos acercando a Compostela, pero en nuestro interior algo se rebela... vemos cerca el final de nuestra avuentura, pero no queremos que el camino termine. Es normal, dicen... el Camino atrapa, y yo ya he caído irremisiblemente en sus garras.

Bosque de Castaños (Lugo)
Panasonic LUMIX DMC-LX3
f2,8 - 1/25" - ISO 200

Suele pasarme que en los primeros días de un viaje tomo muchas fotografías y luego, conforme se van sucediendo las jornadas el ritmo va decayendo. No sé si será por cansancio, por la rutina, por pereza o simplemente porque la novedad de los primeros días ya ha pasado. Y en este viaje en particular puede haber otra razón, y es que cada día que pasa me siento más peregrina (léase en sentido amplio de la palabra y no necesariamente ligado a connotaciones religiosas) y menos fotógrafa... Ahora que el final del viaje empieza a verse como algo cercano, me "obligo" a seguir documentando mis pasos y a tener los ojos de ver mundo bien abiertos. La magia del Camino es que cualquier recodo puede depararte un encuentro casual, una escena inolvidable o una buena oportunidad fotográfica.

Día de niebla, entre Sarria y Portomarín (Lugo)
Panasonic LUMIX DMC-LX3
f5,6 - 1/60" - ISO 80

Creo que, como todo en la vida, el truco es ir a tu ritmo, disfrutando del día a día y de todo lo que el Camino te va ofreciendo. Almenos así me lo tomé yo, y tengo la certeza de que es una lección que aplicaré en el futuro. Hemos vivido tantas cosas en este viaje, y aún nos quedan algunas jornadas para vivir más. Por eso, al llegar a Sarria y ver multitud de peregrinos empezando desde aqui* pienso "pobres, si se lo han perdido todo..."

* Para obtener la Compostela (el certificado que acredita haber realizado el Camino) sólo se exige haber completado los últimos 100 km a pie o a caballo, o los últimos 200 en bici. Es por esto, que mucha gente solamente hace este tramo final, ya que Sarria se encuentra a 112 km de la meta. 

Parroquia de Santa Marina, vista desde la Calle Mayor. Sarria (Lugo)
PANASONIC LUMIX DMC-LX3
f 8 - 1/500" - ISO 80

Cuando empecé esta aventura mi objetivo era llegar a Santiago de Compostela. Una vez ahí desearía estar todavía en camino... Es curioso cómo ha cambiado mi pensamiento en treinta y pocos días... ¿será lo único que ha cambiado en mí? Vale, si, nos gustaría que los viajes o las vacaciones no terminaran nnuuunca, pero aunque me encanta viajar también me gusta regresar a casa, ya que allí tengo todo lo que quiero y a todos los que me quieren. Esta vez no tengo esa sensación. No, para mí no supuso una alegría llegar a la Praza do Obradoiro, quizás sólo un sentimiento de "objetivo cumplido"...
Aún así  nos hicimos las típicas fotos "reglamentarias" delante del Pórtico de la Gloria (ésta no me hubiera perdonado no tenerla) y cumplimos con todos los rituales del peregrino. Era el principio del fin.

Con mis inseparables nuevos amigos Marian (Buenos Aires), Juli (Mataró), Pepelu (Bilbao) y Anthony (Florida)
en la Plaza del Obradoiro, la mañana del 18 de Junio de 2013.  Santiago de Compostela (A Coruña)
Iphone 4

Para los que, como yo, piensan que "esto no puede acabar así" siempre queda la opción de seguir caminando y llegar en 4 jornadas más al Cabo Fisterra, en finis terrae de los romanos, uno de los confines del mundo conocido en la antigüedad, y dicen por ahí, que el verdadero final de las primeras peregrinaciones jacobeas. Así pues, y después de descansar un día en Santiago, seguí camino en el que fue el día más duro del viaje, no físicamente sino a nivel psicológico. Dejar Santiago fue un auténtico drama, dejar atrás al grupo y asumir que nada volvería a ser lo mismo, pero exorcicé mis demonios poniendo un pie delante del otro y siguiendo camino hacia el mar. Y haciendo fotos, claro.

Cruzeiro da Costa da Morte. Cabo Fisterra (A Coruña)
PANASONIC LUMIX DMC-LX3
f5 - 1/80" - ISO 80

Justo antes de llegar, con el pueblo de Finisterre ya a la vista, me senté en un rincón de la Praia do Langusteira y lloré, pero eran lágrimas de alegría. Salieron todas las emociones de estos casi cuarenta días y me tomé mi tiempo antes de proseguir y dar por cerrado el viaje. Fue uno de los momentos más felices de mi vida. Ahora si, ahora todo encajaba de forma natural. El Camino se terminó, al menos este camino.

Quedaba subir hasta el cabo, auténtico final del sendero, pero me reservé la tarde para este cometido. La mística del lugar aumenta con los matices cálidos y anaranjados del ocaso. El lugar siempre está lleno de gente, en su mayoría peregrinos como yo, pero el silencio era la nota dominante. Quizá cada uno estaba con sus pensamientos, sus vivencias, recordando los pasos que les llevaron hasta allí y los que darían a partir del día siguiente... No lo sé, cada caminante tiene su historia y hay muchos caminos distintos dentro del mismo camino. Este fue el mío. Almenos el primero...


Una pareja hace una foto a la puesta de sol. Cabo Fisterra (A Coruña)
PANASONIC LUMIX DMC-LX3
f8 - 1/1000" - ISO 80

NOTA FINAL: Para todos aquellos que estéis pensando en recorrer el Camino de Santiago, no puedo sino animaros a hacerlo. Sin duda es una de las mejores experiencias que se pueden tener.
Asimismo, me permito recomendaros dos páginas web excelentes, con toda la información necesaria para preparar y hacer el Camino.
www.gronze.com
www.caminodesantiago.consumer.es

Y no hace falta decir que estaré encantada de responder a vuestras consultas, dudas o comentarios.


Para recuperar las dos primeras entregas de este viaje, podéis hacerlo fácilmente a través de estos links:
Camino de Santiago (I)
Camino de Santiago (II)

25 mar 2014

Así la hice: Montañas Rojas

La foto que hoy nos ocupa la tomé durante mi último viaje a Argentina. Se trata de un amanecer en las montañas o cerros Fitz Roy y Torre (con sus respectivas montañas secundarias) situadas al sur de la cordillera de los Andes, concretamente en El Chaltén. Quería una panorámica de ese cordón montañoso y, como casi siempre suele suceder, juzgué que el mejor momento para hacerla sería con las primeras luces del alba.

Y es que es al amanecer cuando el sol tiñe el motivo con una calidez y una suavidad que luego, con su ascenso por el cielo, se convierte en una luz mucho más fría y dura. Así pues, tocaba madrugar. Tengo una aplicación en mi smartphone que me indica los horarios solares y constaté (con cierto pavor) que en la primavera austral el sol salía sobre las 5.30 de la mañana. No había otra... si quería esa foto, tenía que levantarme a las 5!!.

Amanecer sobre el Fitz Roy y el Cerro Torre. El Chaltén (Argentina)
Nikon D800 - Sigma 24-70 f2,8 DG HSM
f10 - 1/4" - ISO 100
Otro de los problemas que podía encontrarme era la climatología. Es verdad que los fotógrafos siempre estamos a merced del tiempo (y más en zonas montañosas), pero la zona de El Chaltén tiene una especial fama de caprichosa en ese sentido... Conozco casos de gente que ha estado varios días por la zona y que no ha logrado ni ver las montañas... de hecho, el nombre autóctono del Fitz Roy es cerro Chaltén, que significa montaña humeante. Muy a menudo el monte está cubierto de nubes y hasta la primera ascensión en 1952 se creía que el Fitz Roy era un volcán... Pues tocaba cruzar los dedos y esperar contar con el factor suerte.

Tenía previsto quedarme en El Chaltén cuatro días. A parte de hacer esa foto, el plan era caminar por el Parque Nacional y acercarme a la base de ambas montañas para hacer fotos más de cerca, con lo que tendría cuatro amaneceres, esto es cuatro oportunidades...

Al prímer día... casi lo consigo! Me levanté a las cinco y me dirigí hacia las afueras del pueblo en busca de una localización adecuada. Contaba con poder darme una vuelta por los alrededores la tarde anterior, ya que tenía previsto llegar al Chaltén sobre media tarde, pero una serie de retrasos y averías hicieron que no estuviera allí hasta pasadas las 11 de la noche. Así que tuve que improvisar y opté por ir al Mirador de los Cóndores, una colina desde donde creía que tendría buena visión sobre el conjunto. Una vez allí tuve la certeza de que ese no iba a ser mi día. Aunque las montañas se veían, todo el cielo a mi espalda estaba cubierto por las nubes bajas, con lo que cuando salió el sol ni lo vi. Y obviamente nada cogió esa tonalidad cálida que yo esperaba. Amaneció frío y gris. Una luz muy suave, sí, pero insulsa y que no era la que yo quería. Aunque hice algunas fotos, ninguna me valía. Bueno... quedaban tres días.

El primer día mi madrugón no tuvo recompensa...
Nikon D800 - Sigma 24-70 f2,8 DG HSM
f20 - 1/13" - ISO 200
En el segundo intento... ni por asomo! Vamos, que las montañas ni se veían, tapadas por gruesas nubes bajas. Durante la jornada anterior, unas lindas nubecitas habían aparecido al lado del Cerro Torre y acabaron envolviéndolo completamente y tapándolo de la vista. Hoy todo el macizo estaba entre algodones. Nada, pues lo seguiremos intentando... quedaban dos días.

El segundo día, ni se veían las montañas
Nikon D800 - Sigma 24-70 f2,8 DG HSM
f8 - 1/400" - ISO 400
Y a la tercera... fue la vencida! Me levanté a las cinco y sólo salir del albergue me dije... hoy si!. El cielo se veía despejado por detrás y las montañas habían vuelto. Sólo había un problema, y ese era el viento patagónico. Quien ha estado por esa zona sabrá como se las gasta el jodido viento... es casi un elemento inherente al lugar y, de hecho, cuando no está parece como que falta algo... Ese día soplaba de lo lindo y descubrí que mi trípode de viaje era totalmente inútil en esas circunstancias. Había que improvisar. En mis paseos por la zona había encontrado un sitio, justo al lado del río, donde había una gran piedra con la parte superior casi plana. De hecho, me había sentado allí una tarde contemplando las montañas. Me dirigí hacia allí y coloqué la cámara encima de la piedra. El paquete de tabaco y la tapa del objetivo colocadas estratégicamente entre la óptica y la piedra me sirvieron para apoyar la cámara y evitar que se moviera.
Monté el cable disparador y enfoqué a las montañas, luego pasé a enfoque manual para evitar que en algún disparo la toma se me fuera de foco.

Al 3er día si que si. Así se veía justo antes del alba.
Nikon D800 - Sigma 24-70 f2,8 DG HSM
f2,8 - 1/50" - ISO 800
Tenía claro que quería un diafragma más bien cerradito, para que quedara todo lo más nítido posible, así que opté por un moderado aunque suficiente f10, y como el tema de la velocidad ya no era un problema (mi invento de la piedra y el paquete de tabaco funcionaba) bajé la ISO al mínimo, 100. Fuera ruido. También activé la función "reducción de ruido en exposición prolongada", por si acaso. La medición de luz en esos casos suele ser un punto importante a tener en cuenta. Opté por medirla de manera puntual y el punto escogido fue la roca del monte Fitz Roy.

Al disparar en el modo "prioridad a la apertura" (dial en la posición A en las cámaras Nikon, Av en las Canon) , yo escojo la apertura del diafragma y la cámara se encarga (partiendo de ese parámetro y teniendo en cuenta la luz y la sensibilidad del sensor) de adecuar la velocidad para que la toma tenga una exposición correcta. Me gustan bastante esos modos de disparo con prioridad y como la intensidad de la luz iría aumentando, contaba que la cámara me fuera corrigiendo la velocidad para dar en todo momento con la exposición adecuada. Y si no fuera así, siempre podría corregirla con el compensador de exposición. Total, que para esa toma resultó una velocidad de disparo de un cuarto de segundo, 1/4.

Cuando los primeros rayos de luz empezaron a acariciar la cima de las montañas empecé a disparar. Conforme pasaban los minutos cada vez había más monte iluminado, así que iba tomando fotos y de vez en cuando revisando que todo estuviera ok. Eso me permitió, además de conseguir la foto, disfrutar del amanecer con mis propios ojos. Creedme si os digo que en esa zona, a esa hora y con ese viento, hacía un frío que pelaba! Pero nada hubiera hecho que me largara de ahí mientras la luz fuera tan especial.




Un último "truquito", el balance de blancos. Al disparar en modo RAW, tampoco tiene una importancia extrema cuál de ellos escojamos, ya que se puede modificar a posteriori, aún así lo puse en "nublado" para potenciar un poco la calidez de la toma. Luego, en la edición posterior, vi que era el adecuado. Ya en casa, y recordando ese precioso amanecer, corregí un poco los niveles, recorté la imagen para eliminar parte del cielo (que no aportaba nada) así como la parte inferior sub-expuesta y le apliqué una máscara de enfoque.

Y eso es todo. Perseverancia, técnica y por fin suerte con la climatología. Ahora esa foto la tengo ampliada a un metro y enmarcada en casa, y será la pieza central de mi próxima exposición "Argentina, un país de contrastes" de la que ya os informaré en su momento. Me encanta esta foto y cada vez que la miro me acuerdo del frío, del viento, de mi trípode bailando y las magníficas experiencias que tuve en ese maravilloso rincón del mundo.


23 mar 2014

"Som així"

Esta semana he colaborado con un proyecto muy especial. "Som així" (Somos así, en català) de mi amiga Meritxell Perpinyà i Masip. Trata de la belleza natural, sin abuso del photoshop ni retoques que cambien la esencia de una imagen. Trata de cómo ver a las personas (mujeres y madres, en este caso) tal como son y no como deberían ser según las revistas, la televisión o los anuncios. Una patada a los estúpidos estereotipos con que nos bombardean constantemente. Lo natural siempre es lo mejor. ¿Queremos ser irreales? Si cada arruga fue una risa, ¿realmente queremos borrarlas? Yo no, por supuesto.


La verdad es que fue una sesión muy divertida, y es que para ser feliz sólo hace falta mostrarnos tal y como somos. Naturales. Y es que, y tal y como se dice en "El Principito",  "no se ve bien sino con el corazón. Lo esencial es invisible a los ojos." Yo soy así, intento mirar siempre con el corazón, y espero que la gente haga lo mismo conmigo.

Os dejo el link del proyecto y os recomiendo que paséis por este blog y le echéis un vistazo. Descubriréis mujeres increíbles, al natural. Y es que, somos así.

som així. ©meritxellpmasip.imatges


Fotografia Fácil: La Cámara Fotográfica

Para hacer una fotografía, sólo necesitamos dos cosas. Luz y una cámara fotográfica. Y aunque a algunos les suene a chiste, una cámara fotográfica es básicamente una caja negra con un agujero. Este agujero es el encargado de dejar pasar la luz hacia el interior de la caja para que impresione la película fotográfica o el sensor digital (ambos fotosensibles) donde se formará la imagen.

Hoy en día podemos encontrar multitud de marcas y modelos de cámaras donde elegir, pero las más usuales las podríamos clasificar en alguna de estas cuatro categorías:


COMPACTAS

De pequeño volumen y poco peso, son ideales para llevarlas siempre encima, además su facilidad de uso las hace muy apropiadas para todos aquellos que no quieran complicarse la vida en cuestiones técnicas, aunque también las hay (y cada vez más) con controles manuales y muchas opciones de configuración, para los que quieran tener más poder de decisión sobre las tomas.

Con un amplio rango de calidades y precios, todas tienen una cosa en común: su óptica no es desmontable, pero eso no debe ser un problema puesto que podemos encontrar algunas con zooms que abarcan casi todo lo que podamos fotografiar.




BRIDGE

En sí, las cámaras bridge no son otra cosa que compactas avanzadas, pero de mayor tamaño y prestaciones. Aunque también cuentan con modos automáticos, todas incorporan funciones manuales y disponen de un visor en el cuerpo de la cámara, si bien en su mayoría no es directo sinó electrónico.

Su óptica tampoco es desmontable, pero son una opción para aquellos que buscan "algo más" sin pasar a las de óptica intercambiable.




EVIL

También son conocidas por otros nombres, he escogido este por Electronic Viewfinder with Interchangeable Lens. Son cámaras donde se ha querido combinar el pequeño tamaño de las compactas con las ópticas intercambiables y las funciones manuales de una réflex.

Gracias a esta posibilidad, tendrían que ser más versátiles que una compacta, pero adolecen de muchas de sus características, entre ellas un sensor pequeño y la falta de visor integrado.




DLSR

Estas siglas vienen de su definición en inglés, Digital Single Lens Reflex. Son cámaras de mayor volumen y peso, su principal característica es la presencia en su interior de un pentaprisma o espejo, que hace que podamos disponer de un visor directo en el cuerpo. Su tamaño también posibilita que incorporen un sensor más grande, lo cual se debería traducir en una mayor calidad de imagen, no obstante esto dependerá también de otros factores como p.ej. de la óptica que le montemos.

Aunque en otro post dije (y lo mantengo) que en la ecuación fotógrafo-óptica-cámara esta última es el factor menos importante, las DLSR son las que ofrecen más posibilidad de control y personalización sobre la toma, aparte que las personas con grandes manos (si, es mi caso) se sentirán más cómodas sosteniendo algo más robusto entre ellas.



Pero sea cual sea el tipo de cámara que tengamos todas tienen unos elementos comunes y, si nos es posible modificarlos, nos servirán para controlar los parámetros técnicos importantes de la fotografía. Estos elementos básicos son:

- El Obturador. Es el mecanismo que regula el tiempo que la luz entrará dentro de nuestra caja negra, es decir, la cámara. Con él, y con su escala de velocidades, decidiremos durante cuánto tiempo la luz incidirá sobre el elemento fotosensible.

- El Diafragma. Este mecanismo controla el tamaño de la apertura del sistema óptico. Hablando claro, mediante el diafragma (y sus números f) decidimos la mayor o menor apertura del agujero por donde entrará la luz.

- El Elemento Fotosensible. Ya sea la antigua película fotográfica o los actuales sensores digitales, se trata de un elemento que reacciona a la luz reproduciendo las distintas longitudes de onda de ésta (es decir, los diferentes colores). La sensibilidad de este elemento fotosensible la mediremos con el número ISO.

- Objetivo. Es el conjunto de lentes (convergentes y divergentes) que forman parte de la óptica de la cámara. Normalmente es aquí donde encontramos el diafragma.

- Fotómetro. Dispositivo que mide el nivel de exposición a la luz que resultará de la combinación de apertura y velocidad que escojamos. Este elemento controla si la foto está técnicamente bien expuesta, sub-expuesta (oscura) o sobre-expuesta (quemada).

- Visor. Es el sistema óptico o electrónico que nos permite encuadrar el campo visual que vamos a incluir en la fotografía. Como ya hemos visto antes, actualmente la mayoría de compactas y EVIL no disponen de un visor propiamente dicho, pero podemos componer la imagen a través de la pantalla LCD posterior.

Aunque hay otros mecanismos y sistemas, podríamos decir que éstos son los esenciales. En una próxima entrega de Fotografía Fácil os hablaré de los diversos tipos de objetivos y sus particularidades. No es lo mismo disparar con un gran angular que con un teleobjetivo...





20 mar 2014

Viajes: El Camino de Santiago (II)

Antes de partir, leí mucho acerca del Camino y de cuándo era la mejor época para hacerlo. Como todo, cada estación tiene sus pros y sus contras... en Primavera hay más horas de sol, las temperaturas no son extremas y el campo está verde. Por contra, el tiempo puede ser algo más inestable, pues ya sabemos que si algo tiene la Primavera es que está como un cencerro... En Verano es cuando más gente encontraremos en los caminos... y en los albergues! El calor puede ser sofocante, sobre todo en las aburridas etapas mesetarias y habrá que salir pronto y evitar las horas centrales del día, pero es cuando el Camino tiene más vida. El Otoño nos regalará colores increíbles en los bosques y montes, aunque los días sean cada vez más cortos y el Invierno puede ser un buen momento para caminar en soledad, buscándose uno mismo, eso sí, habrá que ir bien preparado ya que el frío en según que tramos puede ser riguroso.


Trigales verdes a primera hora de una mañana primaveral. Tierra de Campos (Palencia)
Panasonic LUMIX DMC-LX3
f8 - 1/250" - ISO 80

La climatología es un factor a tener en cuenta, ya que al realizar un viaje de más de un mes es casi seguro que nos encontraremos días de todo tipo. Hay que ir, pues, bien preparado y aparte de ropa de lluvia y una funda impermeable para nuestra mochila (imprescindible!) también tendremos que proteger nuestras cámaras. Yo llevo una funda de neopreno que aguanta bastante (probada a conciencia bajo un aguacero en el Pirineo Aragonés), pero siempre queda el recurso de meter la cámara en la mochila y cubrir ésta con el preservativo -así llamábamos cariñosamente a las fundas impermeables-. Pero después de una tormenta, el cielo y los campos aparecen límpidos y es un momento excelente para sacar fotos.

Un solitario peregrino aún con la ropa de lluvia en el tramo San Juan de Ortega - Agés (Burgos)
Panasonic LUMIX DMC-LX3
f5 - 1/1000" - ISO 80
¿Qué nos vamos a encontrar? Pues indudablemente campo, mucho campo. Los tupidos bosques navarros van dejando paso a los viñedos conforme nos acercamos a La Rioja. Luego, la meseta burgalesa será un mar de inmensidad hasta donde alcancen nuestros ojos, tranquila y armónica monotonía sólo interrumpida por algún árbol ocasional. Atravesando la provincia de Palencia, caminaremos entre interminables campos de cereal y en León, tendremos páramo y tediosas andaderas que no nos ofrecerán ni tan sólo curvas para distraernos... pero todo tiene su fin, y fotográficamente hablando, superar estas aburridas etapas también tiene su premio. Volverá a haber montes en el horizonte y atravesando la Maragatería y el Bierzo nos encontraremos con paisajes de postal que llenarán nuestros ojos y, por supuesto, nuestras tarjetas de memoria.

Meseta, entre Hornillos del Camino y Hontanas (Burgos)
Panasonic LUMIX DMC-LX3
f4 - 1/1000" - ISO 80

Pero no solamente vamos a tener campo y naturaleza. El Camino atraviesa multitud de pueblos y ciudades, que también van a ofrecernos buenas posibilidades fotográficas si estamos atentos y la luz nos acompaña... Desde aldeas minúsculas a enormes y ruidosas urbes nos vamos a encontrar con pequeñas perlas o con grandes alicientes fotográficos... iglesias románicas, puentes medievales, rollos jurisdiccionales, sencillos cruceiros, o simplemente calles con encanto... El Camino es parte de estas poblaciones e, indudablemente, es el responsable de su crecimiento.

Rollo jurisdiccional gótico -s.XV- en Boadilla del Camino (Palencia)
Panasonic LUMIX DMC-LX3
f6,3" - 1/800" - ISO80

Hicimos noche en pueblos y albergues de todo tipo. Desde precarios alojamientos donde tienes poco más que una litera y una ducha a modernos y funcionales albergues donde cada uno tiene su propia taquilla, luz individual, wi-fi y un enchufe en la cabecera de cada cama. Esto puede parecer una tontería, pero en la mayoría de albergues habrá que guardar cola para cargar la batería de nuestro móvil o la de la cámara... Una buena opción es, como hicimos nosotros, comprar un ladrón (un enchufe con varias salidas), para poder utilizar la corriente todos a la vez.

Sin duda, entre los mejores albergues están el municipal de Burgos (para mí el mejor del Camino), el de la cofradía de Santo Domingo de la Calzada o el Jesús y María de Pamplona. Alojarte en una ciudad grande tiene la ventaja que ofrece más servicios... desde infinidad de bares y restaurantes donde comer a tiendas específicas para el peregrino, pero la esencia del Camino se diluye en una gran ciudad... creo que las experiencias más auténticas las tuve pernoctando en pueblos con más encanto, digamos místico, como la noche que pasamos en la pequeña aldea de O'Cebreiro. Amanecer en ese antiguo asentamiento celta fue, como poco, impagable.

Amanecer en O'Cebreiro (Lugo)
Panasonic LUMIX  DMC-LX3
f4,5 - 1/50" - ISO 80

Otro tema que no debemos pasar por alto es la seguridad. No, no es que hacer el Camino de Santiago sea hoy en día la aventura que era en la edad media, los caminos son seguros y hay muy pocos tramos asfaltados... peeero donde hay gente siempre habrá rateros, así que no está de más tener un poco de cuidado con nuestras cosas en los albergues. Aunque no es lo habitual, cada año desaparecen teléfonos móviles y cámaras fotográficas descuidadas encima de las camas, sobretodo en la parte gallega del camino, ya que es la que aglutina siempre más densidad de peregrinos.

Vista de la Catedral de Santiago desde el albergue "Boots&Roots"
Santiago de Compostela (La Coruña)
Panasonic LUMIX DMC-LX3
f5 - 1/640" - ISO 200
Aún me quedan cosas que contar de esta experiencia. Próximamente, la 3ª y última entrega de este viaje.


Si queréis leer el artículo completo, sólo tenéis que clickar en estos enlaces:
Camino de Santiago (I)
Camino de Santiago (III)

18 mar 2014

Así la hice: La Luna Sobre Praga

La fotografía que hoy comento creo que es fruto de tres factores. Técnica, rapidez de reacción y sin duda una pizca de suerte. Habíamos pasado el día visitando -y fotografiando- el castillo de Praga y a la vuelta, cruzando por el archiconocido Puente de Carlos, reparé en la posición baja de la luna en el cielo. Pensé, "joer, sería genial poder pillarla junto con una de las torres". Tenía claro cómo hacerlo, pero tenía que hacerlo rápido.

Primero de todo, monté el tele en la cámara. Para que la luna se viera como algo más que un puntito en el cielo iba a necesitar de toda la focal de mi 70-200 mm. Los teleobjetivos tienen varias características y en este caso dos de ellas me iban a favor: El acercamiento de la imagen (lo obvio de un tele, vamos, que la luna se iba a ver más grande) y la compresión entre planos, es decir, que la luna parecería que estuviera cerquita de la torre... Pero también sabía que había factores que podían jugarme una mala pasada y estos eran la profundidad de campo de este tipo de ópticas y la estabilidad al disparar, pero bueno, lo primero era encontrar una posición que me permitiera hacer una composición que me gustara.

La luna sobre la Torre de la Ciudad Vieja, en el Puente de Carlos. Praga (Rep. Checa)
Nikon D300S - Sigma 70-200 f2,8
f10 - 1/200" - ISO 250
Así que tocó correr. La luna parece que no se mueve... pero creedme, sube bastante rápido y sabía que era cuestión de minutos. Aparte, tenía que alejarme lo suficiente de la torre para que me entrara entera en el encuadre, ya que con el 200mm y desde la mitad del puente, me la comía... Así que volví sobre mis pasos corriendo hasta llegar a la otra orilla del Moldava y busqué un lugar desde donde la torre y la luna me entraran bien en cuadro. 

En ese momento no llevaba el trípode, así que tenía claro que la velocidad del disparo iba a ser un factor crítico, y que si quería que la foto no me saliera trepidada no podría tirar a pulso por debajo de 1/250" o como mucho de 1/200" (Si, lo habéis adivinado...mi tele no tiene estabilizador...no me gusta, pero de eso ya hablaremos otro día). Pero a la vez, necesitaba una apertura de diafragma un poco cerrada para que hubiera un foco aceptable en ambos objetos... Así que seleccioné una f10 y fijé la velocidad en 1/200". Por suerte, en las cámaras digitales podemos tirar de ISO, así que después de un primer disparo de prueba, subí la sensibilidad a 250, esperando que no me diese mucho grano (ah, si, que ahora se llama ruido). 

Y poco más. La medición de luz la tomé en modo "puntual" en el cielo (por nada del mundo quería perder el color violeta de esa hora azul y sobre-exponer la luna) y el balance de blancos lo tenía en automático. Luego, ya en casa, y sentada tranquilamente delante del ordenador, corregí un poco los niveles para recuperar un poco de claridad en la torre y le di una máscara de enfoque.

Ah, en el momento de disparar, me entró un pájaro por la derecha del encuadre. Lo podía haber quitado de ahí, pero al final lo dejé. Pensé... pobrecito, si quiere salir en la foto ¿quién soy yo para impedírselo? Aparte, que no me gusta borrar cosas. Y así quedó. 





15 mar 2014

Fotografia Fácil: Cómo sujetar la cámara

Pues si. Aunque parezca una obviedad (y de hecho, lo es) creo que hay que empezar por lo básico, y mejor que empezar por el nº 1 es empezar por el cero... así que... ¿nos hemos parado un momento a pensar si agarramos bien la cámara cuando hacemos una fotografía?

Las fotografías salen movidas o trepidadas cuando se produce un movimiento mientras el obturador  está abierto. Para mí hay una diferencia clara entre ambas, mientras que en las fotos movidas el movimiento está en el sujeto u objeto que fotografiamos, en las trepidadas el movimiento lo causa la cámara misma, que no se está quieta mientras tomamos la fotografía. Si cogemos el hábito de sujetar correctamente la cámara, el número de fotos trepidadas bajará considerablemente. ¿Cómo lo hacemos? Acostumbrándonos a seguir estos consejos:

- Primero de todo, asir la cámara con las dos manos. Aunque la cámara sea pequeña, si la agarramos con ambas manos minimizaremos el movimiento provocado por el gesto de apretar el disparador.

- Intentad mantener los codos enganchados al cuerpo. Cuando más extendidos estén los brazos, más movimiento habrá. Si cerramos o apoyamos los codos contra el cuerpo evitaremos balanceos innecesarios.


- Coger la cámara con la mano izquierda, controlarla con la derecha. Es conveniente sostener las cámaras réflex con la mano izquierda, dejando que la parte inferior de la cámara se apoye en la palma de la mano extendida hacia arriba y con los dedos libres para mover el anillo de zoom del objetivo. La mano derecha abraza el lateral derecho de la cámara de manera que el dedo índice caiga de manera natural sobre el disparador y el pulgar quede en la parte posterior del cuerpo, cerca de los controles principales.


- Cuando giremos la cámara 90º para tomar fotos verticales, la mano izquierda quedará siempre abajo mientras que la derecha seguirá dominando los controles y diales desde arriba. Si lo hacemos así, la izquierda sigue sujetando el peso mientras que la derecha trabaja sin presión.

- Pies separados. La idea es conseguir la máxima estabilidad posible  para evitar balanceos. Si tenemos que disparar desde un ángulo bajo, es mejor arrodillarnos (p.ej. poner una rodilla en el suelo) que flexionar las rodillas.

- Si nos hacen falta, buscaremos apoyos adicionales. Por ejemplo, apoyar la espalda en una pared, columna o cualquier estructura estable.

- Contener la respiración al disparar. Cuando la velocidad de obturación es baja, incluso los ligeros movimientos que se producen al respirar pueden provocar trepidación. Conteniendo la respiración en el momento de disparar, evitaremos este problema.

Si hace falta, nos arrodillamos para tener una mejor estabilidad.


Al contrario que muchas otras cosas que pueden corregirse a posteriori, una foto trepidada no tendrá solución, así que vale la pena fijarse un poco. No sabemos si volveremos a ese sitio o cuándo tendremos esa luz tan especial otra vez. Si paramos un poco de atención a nuestra posición y nos lo tomamos por costumbre, llegará un día en que hacerlo bien será lo natural, y ya no sabremos tomar fotos de otra manera.





10 mar 2014

¿Qué cámara me compro?

Ya hace bastante tiempo que, conocedores de mi pasión por la fotografía, mis amistades y conocidos me van asaltando regularmente con preguntas sobre el tema, pero creo que la que gana por mayoría es sobre qué cámara comprar.

Cuando empiezan con el  "Oyee, tu que sabes... no me acompañarías a comprar una cámara?" ya tiemblo... Y no es que no quiera hacerles el favor, no es eso... en el fondo me siento halagada de que me vean como una especie de entendida en la materia, y de hecho he aconsejado y acompañado a muchos de mis amigos en sus adquisiciones fotográficas...

Pero entonces empezamos con las tonterías de siempre... que si esta tiene un zoom que es la pera... o que esta otra es de nosecuantosmil megapíxeles... anda, pero esta de aquí es irrompible y sumergible...ayy pero esa lleva pantalla táctil... oye y una de esas grandes? Esas hacen mejores fotos, verdad? No, yo quiero una como la tuya... que se ve que saca buenas fotos!

Nótese que a estas alturas ya no sé a dónde mirar. Cada vez pienso lo mismo... y a mí quién me manda meterme en estos fregaos... y lo triste es que la mayoría de las veces al final no me hacen ni puñetero caso. Entonces... para qué voy?

A ver... vayamos por partes... indudablemente no compraría la misma cámara para mi sobrina de 8 años que para una amiga de 40. Vale, eso está claro... lo más probable es que en el primer caso la cámara de marras acabe rota por alguna caída accidental, y en el segundo languidezca en un armario mientras su propietaria acabe haciendo las fotos de sus vacaciones con su smartphone. Triste, pero es así. Entonces porqué no me hiciste caso cuando te dije que esa era demasiado grande para tí y que acabarías agobiada de su tamaño y su peso?

Porque al final la gente se compra lo que le gusta y con su dinero hace lo que le da la real gana. Perfecto! No puedo estar más de acuerdo con eso! Pero creo que piensan que si me llevan con ellos, de algún u otro modo legitiman su decisión con la presencia de una experta a su lado. Y notad que lo de "experta" lo he puesto en cursiva... no se nos vaya a enfadar nadie.

El tema es que pienso que (dentro de unos límites aceptables) da completamente igual que cámara lleves. La cámara no hace al fotógrafo y, por supuesto, la cámara NO HACE FOTOS SOLA. En la mayoría de los casos, con una compacta decente se pueden sacar maravillas, pero la gente no me cree. No estoy hablando del fotógrafo profesional que va a hacer fotos de partidos de fútbol de primera división, estoy hablando del usuario medio, el que utiliza la cámara para hacer las fotos de las vacaciones y los cumpleaños de los niños.

Da igual qué cámara os compréis. ¿O acaso conduciréis mejor o peor dependiendo del modelo de coche que llevéis? Pensad para qué vais a usar la cámara, su tamaño y su peso y sed conscientes de que todas tienen sus limitaciones. Lo demás es cosa vuestra, de vuestro ojo y de vuestro dedo. De verdad.

Lo tengo decidido, la próxima vez que me lleven de compras, me limitaré a sonreír y a decir. "Ah, pues esa es bonita!" Y todos contentos.





9 mar 2014

Viajes: El Camino de Santiago (I)

Empezar un viaje siempre es excitante y en el caso del Camino de Santiago creo que lo es aún más, sobretodo si es la primera vez que se hace. Aparte de los motivos que podamos tener para emprender una aventura así (cada uno tiene los suyos), saber que iba a recorrer caminos cargados de historia y que lo iba a hacer a la antigua usanza produjo en mí un sentimiento de expectación, a la vez que muchas preguntas: ¿Qué voy a encontrarme? ¿Cómo será la experiencia? ¿Aguantaré físicamente? ¿Qué me llevo? ¿Voy preparada?...

Mi propia silueta junto con otros tres peregrinos en un camino rural de Navarra.
Panasonic LUMIX DMC-LX3
f6,3 - 1/125" - ISO 80

Una de las cuestiones que me asaltaba los días previos a mi partida era... ¿Qué cámara me llevo? Para un fotógrafo (o cualquier aficionado a la fotografía), emprender un viaje sin su cámara es poco menos que un sacrilegio, pero en este caso el peso del equipo era un factor vital para conseguir llegar a Santiago sin excesivos problemas. Mi idea era hacer el camino desde Roncesvalles, sola, cargando con mi propia mochila (si, hay servicio de transporte de mochilas de albergue a albergue) y documentar el viaje fotográficamente. Vamos, un reportaje desde dentro, donde incluso, pretendía disfrutar del camino! Así que (y sintiéndolo en el alma) dejé en casa mi D300s con toda la cristalería y partí con la compacta al cinto y una mochila de 35 lt. a la espalda con 8 kg de cosas "imprescindibles" (entre ellas otra batería, dos tarjetas SD y el cargador).

Una vez en camino, me fui fijando y -fotográficamente hablando- había de todo. Peregrinos que llevaban sus réflex (eso si, la mayoría de ellas puestas en modo automático) colgadas al cuello o en una de esas fundas para el cinturón, multitud de cámaras bridge, caminantes con compactas de más o menos buena estirpe, gente que tomaba sus fotos con el teléfono móvil, muchas cámaras go-pro en los manillares de las bicis e incluso había algún que otro paria fotográfico que no hacía fotos! Inaudito!

Una solitaria amapola en un campo de trigo de camino al Alto del Perdón (Navarra)
Panasonic LUMIX DMC-LX3
f2,8 - 1/500" - ISO 80

Hacer el Camino de Santiago supone un reto a varios niveles. Físicamente es duro, si, pero al final eres tú quien decide lo que vas a caminar cada día, el ritmo que puedes aguantar y cuando parar a descansar. Orográficamente no es para nada complicado... cuidado, iniciar la ruta en Saint Jean Pied de Port sí que supone un desafío bastante importante ya que empezar con 1300 metros de desnivel positivo puede ser demasiado en una ruta de treinta y tantos días. Pero para los que, como yo, empezamos en Roncesvalles el camino -sin ser para nada llano- es perfectamente asequible si vamos un poco preparados y respetamos los límites que nos marca nuestro organismo.

En lo fotográfico, el Camino está repleto de escenas, paisajes y ocasiones para detenerse a fotografiar. He aquí el problema... si paramos demasiado esto afectará a nuestro ritmo, si "tiramos" sin parar no tendremos fotos de recuerdo... El secreto es, como en casi todo en la vida, encontrar un ritmo adecuado, tanto para andar como para afotar.

Una peregrina llenándose de energía encaramada en la muralla de Viana  (Navarra).
Panasonic LUMIX DMC-LX3
f6,3 - 1/1300" - ISO 80

Dicen que aunque empiezas el camino solo, nunca lo terminas solo. Esto es así, ya que inconscientemente tendemos a juntarnos con la gente con la que nos sentimos más a gusto. Charlas con unos, comes con otros, te vas encontrando en los albergues con caras conocidas, te juntas con dos o tres más para hacer una colada... y sin saber muy bien cómo, un día te das cuenta de que tienes un grupo. El Camino te junta y el Camino te separa. Al menos eso es lo que me sucedió a mí, y pronto me di cuenta que cuando paraba a tomar fotografías los demás seguían caminando y luego me costaba un esfuerzo extra volver a cogerlos. Tampoco me preocupaba en exceso, pero inconscientemente eso puede hacer que hagas menos fotos de las que querrías...

En el Camino, las jornadas empiezan muy pronto. A partir de las 5 y pico de la mañana ya se empiezan a oír cremalleras de los sacos de dormir, aunque hay albergues que prohíben salir antes de las 6, para evitar que los excesivamente madrugadores molesten a los que todavía están durmiendo. Lo normal es que la diana sea a partir de las 6, y que cada uno se vaya desperezando a su ritmo y poniéndose en camino de manera gradual hasta que, a las 8, el hospitalero eche con más o menos miramientos a los más tardones.


Ruinas del antiguo convento de San Pedro, Viana. (Navarra)
Panasonic LUMIX DMC-LX3
f6,3 - 1/60" - ISO 80
Como hemos dicho, cada uno tiene su ritmo, su horario y su kilometraje diario. No hay obligación de recorrer una determinada cantidad de kilómetros cada día, pero lo más habitual es que se salga pronto y se camine (con más o menos paradas) hasta la hora de comer o primera hora de la tarde. La media es hacer entre 25 y 35 km diarios (entre 6 y 8 horas de caminata). Los albergues públicos no aceptan reservas, esto es, se van llenando por riguroso orden de llegada, por lo que es a partir del mediodía cuando se van ocupando de peregrinos que dan por finalizada su jornada.

¿Qué significa todo esto? Que nos encontraremos en camino coincidiendo con las mejores horas de luz: No hay nada comparable a cuando la luz acaricia el paisaje a primera hora del día... luego el sol va subiendo y al mediodía en lugar de acariciar golpea con luces durísimas. Así pues, no desaprovechemos esas primeras horas de luz suave, aunque tengamos que parar más veces. Pero cuidado, no descartemos las luces duras de por sí... cada luz tiene sus aplicaciones, sólo hay que estar un poco atentos.

Monasterio de Santa María la Real, Nájera (La Rioja)
Panasonic LUMIX DMC-LX3
f7,1 - 1/640" - ISO 200

¿Y por la tarde? Aquí si que no hay nada escrito... unos aprovechan para descansar y curarse los pies, otros lavan la ropa del día, algunos dedican esas horas de asueto a leer o a escribir un diario, muchos se van a tomar algo para estrechar los lazos de la reciente amistad... depende del sitio donde estemos podemos incluso visitar algo de la localidad... ¿Yo? pues un poco de todo, y hacer fotos con más tranquilidad, naturalmente!


Algunos llevan un diario con sus impresiones sobre el viaje. Belorado (Burgos)
Panasonic LUMIX DMC-LX3
f8 - 1/2000" - ISO 80

Lo que sí es cierto es que (al menos es lo que me pasó a mí) si hacemos el Camino en primavera el ocaso nos sorprenderá en horas cada vez más intempestivas para nuestro ritmo de caminantes... me explico. Al empezar la jornada tan pronto y andar entre 6 y 8 horas diarias, nuestro cuerpo nos pedirá descanso más pronto de lo habitual... A la vez, ir hacia el oeste significa que cada día oscurece más tarde. A nivel práctico... que la puesta de sol puede pillarnos cenando o incluso ya en el albergue preparándonos para ir a dormir. Es habitual que muchos albergues cierren a las 22 y se decrete silencio a partir de las 22.30. Recuerdo especialmente un día que salí a la carrera del bar donde estábamos cenando para intentar captar una bonita puesta de sol... cuando volví, mi menú del peregrino ya estaba frío. 

Puesta de sol en Hontanas (Burgos)
Panasonic LUMIX DMC-LX3
f8 - 1/80" - ISO 80

Os seguiré contando más cosas acerca del Camino de Santiago y de sus posibilidades fotográficas en un próximo post de este blog. Como decíamos en el Camino... este viaje continúa.



Podéis seguir leyendo la segunda y la tercera parte sobre el Camino de Santiago en estos enlaces:
Camino de Santiago (II)
Camino de Santiago (III)


8 mar 2014

Así la hice: El Reloj de Orsay

En Septiembre de 2009 estuve en París con una amiga. Era la primera vez que ambas visitábamos la "ciudad de la luz" y el plan no podía ser más sencillo... ella quería ver museos, tiendas y monumentos, mientras que yo quería fotografiarlo... todo. Como siempre, me llevé mi mochila fotográfica con la réflex, las ópticas, los filtros, un trípode pequeño y una compacta por aquello de "...no, para no llevarme la grande cuando salgamos a cenar o a tomar algo".

Al segundo día de nuestra estancia, la mala suerte quiso que hiciera un mal gesto al cargarme la pesada mochila al hombro y algo hizo "crack" en mi espalda... Que esto sucediera en los "Invalides" (donde está la tumba de Napoleón) ya no me dio muy buena espina... pero como en caliente no me dolía demasiado, seguí cargando con la mochila como una jabata el resto de la mañana. Pero ay!, a la hora de comer casi no podía moverme, y ni mucho menos acarrear con todos los chismes así que tomé la única decisión posible. Fuera peso!

Dejé durante dos días la mochila a buen recaudo en el hotel y recorrí París con la compacta colgada del cinturón. Mi espalda me lo agradeció enormemente y, la verdad, las fotos que tomé no fueron nada malas.

La iglesia del Sacré-Coeur vista a través del reloj de la antigua estación y ahora museo de Orsay.
Panasonic LUMIX DMC-LX3
f8 - 1/640" - ISO 200

De todas las que hice con mi pequeña (pero matona) Lumix, ésta es mi  preferida, y está hecha desde el interior del Museo de Orsay (por cierto, magnífico desde todos los puntos de vista: arquitectónico, artístico etc...) concretamente desde la cafetería de la última planta. Una puede maravillarse ante algunos de los más famosos cuadros impresionistas y de repente ir a tomar un café y encontrarse con esto. Al verlo, decidí que merecía una foto.

A mí me gusta disparar con los modos A y S -esto es, escoger uno sólo de los parámetros de disparo, o la apertura o la velocidad de obturación- y para esta imagen seleccioné una abertura de diafragma de f8 (la más cerrada que me permite esta compacta) ya que buscaba la mayor profundidad de campo posible. Quería que tanto el reloj como la iglesia quedaran enfocados. Ajusté la ISO en 200 para "forzar" a la cámara a seleccionar una velocidad de disparo rápida. En esos momentos iba sin trípode y con la espalda convaleciente, así que fui a asegurar el tiro. Por si eso fuera poco, me apoyé en la pared de unas escaleras, creo recordar que eran las que daban acceso al baño.

Para terminar, configuré la cámara en modo de medición puntual, y medí la luz en los edificios blancos y en la iglesia del fondo, sabiendo que parte de la foto quedaría sub-expuesta, pero me gustaban las siluetas del soporte del reloj, los números y las agujas, además consideré que era una buena manera de enmarcar la imagen.

Es verdad que si de algo carece esa compacta es de un poco más de zoom... seamos objetivos, a veces un 24-60 mm. se queda un poco corto, y más ahora cuando las hay con monstruosidades de hasta 1200 mm. (pero ese es otro tema del que ya hablaré en su día). Así que tocaba apañarse con eso, y sinceramente, me gusta como queda la iglesia enmarcada por las dos barras inferiores...tampoco le hubiera dado mucho más zoom, no creáis... Eso sí, en la edición posterior la recorté para darle este formato cuadrado, ya que a los lados quedaba mucho negro que no aportaba nada.

Y poco más... hice varios disparos para asegurar la toma y seguí viendo el museo. Al cabo de dos días mi espalda mejoró lo suficiente para poder volver a cargar con el mochilón, pero cada vez que miro esta fotografía me acuerdo del dolor que pasé, de la escena cómica que monté en una farmacia de Cambronne intentando explicar al farmacéutico que me había enganchado la espalda y que quería una pomada (mi francés era bastante pésimo, y de hecho lo sigue siendo), pero también de lo bien que me las apañé con mi pequeña compacta por Paris.



5 mar 2014

Bienvenidos

Creo que lo correcto es, en esta primera entrada de mi nuevo blog, daros la bienvenida e invitaros a conocer más sobre mí y sobre las fotos que hago.

Tal y como también explico en "Un poco de mí", llevo años vinculada al mundo fotográfico y editorial, pero hasta ahora sólo me he dedicado comercialmente a la fotografía ecuestre. Creo que ha llegado la hora de explotar esta otra parte de mí, que es en realidad la fotografía que me gusta hacer.

En este blog podréis encontrar fotos de viaje, naturaleza, deporte, paisajes, monumentos... en definitiva, fotografiar un estilo de vida. La que a mí me gusta. Un estilo de vida donde la luz es una parte vital y que a través de su magia puede convertir cualquier cosa anodina en algo excepcional.

Con toda la regularidad que me permitan mis proyectos y obligaciones, iré colgando no sólo fotografías sinó también opiniones, consejos y vivencias para tratar de contagiar mi pasión por la fotografía, los viajes y el aire libre a todos los lectores.

Así pues, "pasen y vean". Sed bienvenidos a este blog y espero que os guste y que os vayáis pasando por aquí de vez en cuando. 


                                                                                                                                       Natalia Castro i Saumell