Trigales verdes a primera hora de una mañana primaveral. Tierra de Campos (Palencia) Panasonic LUMIX DMC-LX3 f8 - 1/250" - ISO 80 |
La climatología es un factor a tener en cuenta, ya que al realizar un viaje de más de un mes es casi seguro que nos encontraremos días de todo tipo. Hay que ir, pues, bien preparado y aparte de ropa de lluvia y una funda impermeable para nuestra mochila (imprescindible!) también tendremos que proteger nuestras cámaras. Yo llevo una funda de neopreno que aguanta bastante (probada a conciencia bajo un aguacero en el Pirineo Aragonés), pero siempre queda el recurso de meter la cámara en la mochila y cubrir ésta con el preservativo -así llamábamos cariñosamente a las fundas impermeables-. Pero después de una tormenta, el cielo y los campos aparecen límpidos y es un momento excelente para sacar fotos.
Un solitario peregrino aún con la ropa de lluvia en el tramo San Juan de Ortega - Agés (Burgos) Panasonic LUMIX DMC-LX3 f5 - 1/1000" - ISO 80 |
¿Qué nos vamos a encontrar? Pues indudablemente campo, mucho campo. Los tupidos bosques navarros van dejando paso a los viñedos conforme nos acercamos a La Rioja. Luego, la meseta burgalesa será un mar de inmensidad hasta donde alcancen nuestros ojos, tranquila y armónica monotonía sólo interrumpida por algún árbol ocasional. Atravesando la provincia de Palencia, caminaremos entre interminables campos de cereal y en León, tendremos páramo y tediosas andaderas que no nos ofrecerán ni tan sólo curvas para distraernos... pero todo tiene su fin, y fotográficamente hablando, superar estas aburridas etapas también tiene su premio. Volverá a haber montes en el horizonte y atravesando la Maragatería y el Bierzo nos encontraremos con paisajes de postal que llenarán nuestros ojos y, por supuesto, nuestras tarjetas de memoria.
Meseta, entre Hornillos del Camino y Hontanas (Burgos) Panasonic LUMIX DMC-LX3 f4 - 1/1000" - ISO 80 |
Pero no solamente vamos a tener campo y naturaleza. El Camino atraviesa multitud de pueblos y ciudades, que también van a ofrecernos buenas posibilidades fotográficas si estamos atentos y la luz nos acompaña... Desde aldeas minúsculas a enormes y ruidosas urbes nos vamos a encontrar con pequeñas perlas o con grandes alicientes fotográficos... iglesias románicas, puentes medievales, rollos jurisdiccionales, sencillos cruceiros, o simplemente calles con encanto... El Camino es parte de estas poblaciones e, indudablemente, es el responsable de su crecimiento.
Rollo jurisdiccional gótico -s.XV- en Boadilla del Camino (Palencia) Panasonic LUMIX DMC-LX3 f6,3" - 1/800" - ISO80 |
Hicimos noche en pueblos y albergues de todo tipo. Desde precarios alojamientos donde tienes poco más que una litera y una ducha a modernos y funcionales albergues donde cada uno tiene su propia taquilla, luz individual, wi-fi y un enchufe en la cabecera de cada cama. Esto puede parecer una tontería, pero en la mayoría de albergues habrá que guardar cola para cargar la batería de nuestro móvil o la de la cámara... Una buena opción es, como hicimos nosotros, comprar un ladrón (un enchufe con varias salidas), para poder utilizar la corriente todos a la vez.
Sin duda, entre los mejores albergues están el municipal de Burgos (para mí el mejor del Camino), el de la cofradía de Santo Domingo de la Calzada o el Jesús y María de Pamplona. Alojarte en una ciudad grande tiene la ventaja que ofrece más servicios... desde infinidad de bares y restaurantes donde comer a tiendas específicas para el peregrino, pero la esencia del Camino se diluye en una gran ciudad... creo que las experiencias más auténticas las tuve pernoctando en pueblos con más encanto, digamos místico, como la noche que pasamos en la pequeña aldea de O'Cebreiro. Amanecer en ese antiguo asentamiento celta fue, como poco, impagable.
Sin duda, entre los mejores albergues están el municipal de Burgos (para mí el mejor del Camino), el de la cofradía de Santo Domingo de la Calzada o el Jesús y María de Pamplona. Alojarte en una ciudad grande tiene la ventaja que ofrece más servicios... desde infinidad de bares y restaurantes donde comer a tiendas específicas para el peregrino, pero la esencia del Camino se diluye en una gran ciudad... creo que las experiencias más auténticas las tuve pernoctando en pueblos con más encanto, digamos místico, como la noche que pasamos en la pequeña aldea de O'Cebreiro. Amanecer en ese antiguo asentamiento celta fue, como poco, impagable.
Amanecer en O'Cebreiro (Lugo) Panasonic LUMIX DMC-LX3 f4,5 - 1/50" - ISO 80 |
Otro tema que no debemos pasar por alto es la seguridad. No, no es que hacer el Camino de Santiago sea hoy en día la aventura que era en la edad media, los caminos son seguros y hay muy pocos tramos asfaltados... peeero donde hay gente siempre habrá rateros, así que no está de más tener un poco de cuidado con nuestras cosas en los albergues. Aunque no es lo habitual, cada año desaparecen teléfonos móviles y cámaras fotográficas descuidadas encima de las camas, sobretodo en la parte gallega del camino, ya que es la que aglutina siempre más densidad de peregrinos.
Vista de la Catedral de Santiago desde el albergue "Boots&Roots" Santiago de Compostela (La Coruña) Panasonic LUMIX DMC-LX3 f5 - 1/640" - ISO 200 |
Aún me quedan cosas que contar de esta experiencia. Próximamente, la 3ª y última entrega de este viaje.
Si queréis leer el artículo completo, sólo tenéis que clickar en estos enlaces:
Camino de Santiago (I)
Camino de Santiago (III)
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