"La aventura, la gran aventura, es contemplar cómo aparece una cosa desconocida cada día delante de tus ojos".

-Henry Cartier-Bresson-

16 dic 2014

Fotografía Fácil. Composición (II). Simetría.

No sabría decir el porqué, pero al principio todos tendemos a situar el elemento que nos ha llamado la atención (lo que vendría a ser el punto de interés) justamente en medio de la composición, dejando unos espacios más o menos iguales a cada lado de él. Supongo que es lo más fácil, y que el punto de enfoque de la gran mayoría de cámaras esté situado por defecto en el centro del visor, hace que muchas veces apuntemos y disparemos sin pararnos a pensar siquiera en cómo estructurar los elementos de la imagen.

Torre Eiffel, Paris
Nikon D300 - Sigma 18-50mm f,2,8 EX DC Macro
f13 - 1/45" - ISO 200


Esto no tiene porqué ser necesariamente un error, incluso algunas fotografías "nos piden" una composición simétrica, estructurada a partir de un eje central.

De hecho, el cuerpo humano, los edificios y muchas flores presentan una simetría bilateral respecto a cualquier línea que pase por el centro.



En principio,  las composiciones simétricas son en sí mismas bastante atractivas, y presentan un fuerte sentido de la estructura, pero su punto fuerte es, a la vez, su punto débil ya que todas las fuerzas son iguales y opuestas, lo que puede hacer que la composición resulte demasiado "fácil a la vista" y que le falte fuerza.

Centrar una imagen invita al espectador a comparar las dos mitades de la imagen en lugar de interpretarla como un todo. Además, para que este recurso sea efectivo, la simetría y la equivalencia de las dos mitades debería de ser perfecta. Por último, la simetría de la forma debería ir acompañada por la simetría de colores o texturas.

Paisaje otoñal, Val d'Aran
Nikon D800 - Sigma 24-70mm f2,8 IF EX DG
f14 - 1/6" - ISO 100
Trípode, cable disparador y filtro polarizador



En algunos casos, también podemos jugar con los reflejos y usarlos para crear una segunda mitad de la escena que, de otra forma, no resultaría simétrica.

Como vemos, una composición simétrica no siempre tiene porqué ser el resultado de un encuadre torpe y descuidado. A veces lo que buscamos es precisamente esta sensación de orden, estructura y calma.


Pero hay más formas de estructurar una imagen, aportándole interés y dinamismo. Y la primera es mover el centro de atención de la parte central del encuadre. Es todo un reto probar a descentrar este punto de interés y, en este caso, ¿dónde lo colocamos? ¿Hay alguna guía que nos sirva para distribuir armónicamente los elementos dentro de nuestra imagen?

De todo esto, os hablaré en el próximo post de Fotografía Fácil.  La composición es todo un arte, y no nos engañemos, si está al alcance de cualquiera -tenga la cámara que tenga-, así que iremos paso a paso. La práctica, la experiencia y los gustos personales de cada uno nos irán guiando por este dédalo de reglas compositivas, y nos dirán cuando seguirlas y cuando romperlas.


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5 dic 2014

Fotografía Fácil: Composición (I). Introducción. Un lienzo en blanco

Normalmente, cuando hacemos una fotografía es porqué en una escena alguna cosa nos llama la atención. Nos puede gustar el paisaje, podemos encontrarnos con una situación poco usual, a veces nos fijamos en detalles curiosos, en un viaje captamos situaciones o personas muy distintas a lo que estamos acostumbrados a ver, retratamos a amigos o familiares para tener fotos de recuerdo, o simplemente queremos captar momento culminante de una acción.

Dentro del escaparate. París
Panasonic Lumix DMC-LX3
f4,5 - 1/400" - ISO 80

Muchos son los motivos que nos impulsan a dejar constancia de ese lugar o momento, pero en la mayoría de ocasiones no somos conscientes de que intentamos plasmar un mundo enorme y tridimensional en un pequeño recuadro, encima con sólo dos dimensiones.

A lo largo de la historia de la fotografía, muchos han sido los formatos utilizados por las cámaras fotográficas: 6x6, APS, 6x4,5... pero sin duda el más popular y estandarizado de todos fue el formato de 35mm, también llamado 24x36mm o "paso universal" (el carrete de toda la vida, tanto en negativo o diapositiva). Aunque hoy en día muchos de los sensores de las cámaras digitales presentan formatos más pequeños, se sigue hablando del 24x36mm como el formato completo, o "full frame".

Así pues, y simplificando... nos encontramos que queremos meter todo lo que nuestros ojos ven en un rectángulo más o menos de estas proporciones:


No hace falta ser un premio nobel para deducir que esto va a ser poco más que una misión imposible, y ahí es cuando se nos presenta el primer dilema de la composición fotográfica... ¿Qué incluimos en nuestra foto y qué dejamos fuera?  Y lo que es más importante, cuando hayamos decidido qué va a formar parte de la imagen y qué no... ¿Cómo distribuimos los elementos dentro de nuestro particular lienzo en blanco?

Porqué, y aunque nos parezca que una escena ya es lo suficientemente bonita ante nuestros ojos, iría bien que los distintos elementos que aparecen en la imagen estuvieran un poco estructurados, si no corremos el riesgo de que nuestra fotografía final sea simplemente una caótica amalgama de cosas, donde el centro de interés quede camuflado porqué otros elementos nos llaman más la atención.

Una solitaria amapola en un campo de trigo de camino al Alto del Perdón (Navarra)
Panasonic LUMIX DMC-LX3
f2,8 - 1/500" - ISO 80

Así pues, en esta serie de artículos sobre composición fotográfica voy a intentar explicaros algunas teorías, técnicas y trucos para estructurar una fotografía. Eso sí, debéis tener en cuenta que ni todas las reglas compositivas del mundo van a convertir por sí solas una foto mediocre en una foto espectacular... No sólo de composición vive una imagen, hay muchas otros factores que intervienen para que una foto sea especial, y la principal es -sin duda- el ojo del fotógrafo.

Así que no os obcequéis en seguir siempre al pie de la letra las reglas compositivas, algunas pueden funcionar bien en una imagen y otras no. Y algunas veces habrá que arriesgar y romperlas del todo. Cada imagen "os pedirá" que apliquéis -o no- una u otra técnica. Y es que cada imagen es distinta, y tampoco hay dos fotógrafos iguales. La experiencia y el criterio fotográfico que vayáis adquiriendo os dirán cuando seguir las reglas y cuando romperlas. Como todo, es cuestión de práctica.

Primero de todo... ¿Horizontal o Vertical?

Herederos del "paso universal" o formato 24x36mm, los sensores de las actuales cámaras digitales presentan un formato rectangular. Esto hace que podamos tomar las fotos de dos maneras distintas y con ello se nos presenta la primera decisión: ¿Horizontal, o vertical?

Aunque tradicionalmente se ha considerado el formato horizontal como el más adecuado para paisajes (de aquí lo de apaisado) y el vertical más apto para el retrato, la elección entre horizontal o vertical va a depender de los gustos de cada uno, y del tipo de foto que queramos hacer. Eso sí, debemos saber que el formato horizontal da más sensación de amplitud, mientras que el vertical de profundidad.

Serra Major, pn de Montsant. La Morera de Montsant
Nikon D300s - Sigma 18-50 f2,8 EX DC Macro
f11 - 1/30" - ISO 200

La mayoría de fotografías son horizontales. Esto es un hecho innegable. ¿Porqué? Es muy sencillo... los humanos tenemos los dos ojos uno al lado del otro, por lo tanto este formato nos es mucho más natural, pero aún hay más razones... si os fijáis un poco en cualquier cámara... está pensada para que la agarremos y trabajemos con ella de manera horizontal. El grip, la distribución de botones, etc... En cuanto cogemos una cámara fotográfica, por defecto, siempre la agarramos en horizontal. Y luego, simplemente mucha gente no piensa en girarla. Así de simple. Pereza.

Otra perspectiva de la Serra Major, pn de Montsant. La Morera de Montsant
Nikon F80 - Nikkor 28-80 f3,5-5,6
Película diapositiva Fujichrome Velvia ISO 50
(si, había vida antes del digital...)

Si realizamos el ejercicio (en algunos casos, el esfuerzo) de girar la cámara 90º, obtenemos una visión vertical. Se nos reduce el espacio en los laterales, y aumenta arriba y abajo. Si, de acuerdo, es una perogrullada, pero parece que hay mucha gente que no lo sabe... El tema mismo de la fotografía nos puede inducir a usar este tipo de formato: retratos, líneas verticales, edificios altos, árboles, etc... pero girar la cámara también nos puede servir para eliminar elementos que no queremos que salgan en la foto.

Yo creo que será la misma imagen la que "nos pedirá" que la tomemos de una manera u otra. En caso de duda, siempre podemos hacer dos fotos, una horizontal y otra vertical, para después comparar los resultados y quedarnos con la que nos guste más.

Una consideración final... tanto si estamos interesados en publicar para alguna revista como si lo único que queremos es montar un álbum al regreso de un viaje, hemos de tener en cuenta que las portadas son verticales. Por eso no es mala idea de hacer las suficientes para luego poder escoger. Ah, y si la foto es buena y somos un poco "listos", dejando un poco de espacio en la parte superior para el título, siempre tendremos más números para estar en primera página!

Fotos cuadradas

Pues si, ¿por qué no? Con la popularización de la fotografía digital se han abierto nuevas posibilidades en el post-procesado de imágenes, y recortar la fotografía para hacerla cuadrada es una de ellas.

Detalle en la puerta de un faro en el Cabo Fréhel, Bretaña.
Nikon D70 - Sigma 18-55 f3,5-5,6
f16 - 1/180" - ISO 200

Recortando y reconvirtiendo una fotografía rectangular en una cuadrada podemos reducir el espacio vacío a los lados del motivo principal. También nos puede servir para eliminar elementos no deseados.

La elección del formato cuadrado también dependerá del tema a fotografiar. Por ejemplo, los elementos redondos son más susceptibles de sufrir este recorte, ya que por su forma suelen ocupar el mismo espacio para arriba y abajo que por sus lados. Así pues, el formato cuadrado les suele ir muy bien.

En fin, sólo nuestra creatividad tendría que ser el límite para conseguir un buen encuadre. Que el formato que viene "de serie" no nos intimide...

...¿y las panorámicas?

Otro de los formatos que se han popularizado con las cámaras digitales es la fotografía panorámica. Llamamos fotografía panorámica a las imágenes que capturan puntos de vista más amplios o alargados de lo normal. Aún así, las ópticas "gran angular" o "ojo de pez" también pueden plasmar imágenes con ángulos muy amplios, pero no por eso las consideramos panorámicas.

Normalmente, para que una foto sea considerada panorámica debería tener uno de los lados como mínimo el doble de largo que el otro, aunque lo más usual es que presente una relación ancho-alto de 3:1, es decir que uno de los lados sea 3 veces más largo que el otro. (p.ej. 90x30cm)

"Falsas panorámicas"

Si cogemos una foto con un formato rectangular normal y (al igual que hemos hecho con las fotos cuadradas) la recortamos 2:1 o 3:1... ¿tendremos una foto panorámica? Pues si... y no. Me explico. Aunque el formato final sería el adecuado, no estaríamos consiguiendo un ángulo de visión más amplio de lo que ya teníamos. Eh, no hay porqué no hacerlo...ante todo libertad compositiva, pero yo a estas fotos las llamo "falsas panorámicas".

"Falsa panorámica" o fotografía en formato panorámico (3:1) conseguido a través de recorte de la imagen original
Monasterio de Poblet (Tarragona)
Panasonic Lumix DMC-LX3
f8 - 1/1300" - ISO 80

Vale...vale... ¿esto es hacer trampa? Que cada uno piense lo que quiera, pero la realidad es que es un recurso más, que puede servir para mejorar una foto. No tienen porqué ser malas, es más, recortando conseguimos dejar fuera de la foto final grandes partes de la imagen que pueden no interesarnos... Pero no será una panorámica "de verdad". Sólo un recorte.

"Stitching"

A ver... ¿quién no ha hecho en su ordenador lo de "cortar y pegar"? Pues el "stitching" es una sencilla técnica al alcance de todos para conseguir fotografías panorámicas de verdad, con un ángulo de visión mucho más amplio. Realmente es muy sencillo... sólo se trata de tomar varias imágenes tomadas correlativamente y variando ligeramente nuestra posición y luego unirlas o "coserlas" en una sola mediante algún programa informático o software de edición de imágenes.

Fotografía panorámica (2:1) realizada a partir de cuatro imágenes en vertical
Pfeiffer Beach, Big Sur. (California)
Panasonic Lumix DMC-LX3
f5 - 1/800" - ISO 80

Algunos consejos para tomar las fotos para unirlas luego en una panorámica:

- Tomaremos como mínimo 3 fotos, pero podemos hacer más.
- No movernos de sitio. Ir girando sobre nuestro cuerpo poco a poco pivotando sobre uno de nuestros talones e intentar mantener la cámara siempre a la misma altura. Lo ideal sería usar un trípode, aunque en ese caso es importante nivelarlo bien.
- Es recomendable no usar las focales más angulares de nuestra óptica. Luego puede ser muy complicado unir las fotos si estas presentan mucha distorsión en los laterales.
- Deberíamos utilizar la misma abertura de diafragma (f) en todas ellas.No queremos que unas presenten más profundidad de campo que otras.
- Es mejor no usar el filtro polarizador. Su efecto sobre el cielo puede hacer que luego sea complicado obtener una gradación tonal natural.
-Solapar. Es lo más importante. Para que el programa pueda unir perfectamente las imágenes va a necesitar tener puntos de coincidencia entre ellas, es decir, una área de cada fotografía tendría que ser exactamente la misma que en la siguiente. Solapando aproximadamente 1/3 de cada imagen suele ser suficiente.

Y por hoy, ya vale. Pero en los próximos posts os seguiré explicando más cosas sobre composición. y es que, realmente, ni hemos empezado todavía!


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30 nov 2014

ND Awards 2014

Hoy tengo el placer de compartir con vosotros que una de mis fotos ha sido distinguida con una MENCIÓN HONORÍFICA en el concurso fotográfico ND Awards que convoca la revista Neutral Densitiy Magazine.

Pared norte del glaciar Perito Moreno. P.N. Los Glaciares, Santa Cruz. (Argentina)
Nikon D800 - Sigma 70-300 DL Macro
f9 - 1/640" - ISO 100

En concreto ha sido esta imagen de la pared norte del glaciar Perito Moreno, que tomé el año pasado durante mi viaje por Argentina, la que ha obtenido este reconocimiento del jurado en la categoría "Nature-Landscapes".

Podéis acceder a la página del concurso para ver esta y las otras fotografías premiadas a través de este link. ND Awards Photo Contest


21 oct 2014

Otoño en la Val d'Aran

El pasado fin de semana, con algunos de mis alumnos (a estas alturas ya amigos) del curso de fotografía que dí durante Mayo y Junio en Torredembarra, nos fuimos a la Val d'Aran para disfrutar de sus maravillosos bosques, saltos de agua, gentes y paisajes. Aunque cualquier estación es buena para fotografiar estos parajes, el otoño es la excusa perfecta para pasarnos el día en la montaña haciendo lo que más nos gusta.

En esta época, los caminos y senderos son un tapiz de hojas con diferentes tonalidades y colores.
Nikon D800 - Sigma 28-70 f2,8 IF EX DG
f16 - 6" - ISO 100
Trípode, filtro polarizador y cable disparador.

Este año nos hemos encontrado con unas temperaturas anormalmente altas para la estación en que estamos y quizá por eso la "otoñada" no ha llegado con todo su esplendor. Aún así, nos lo pasamos en grande durante los dos días de taller y pudimos practicar velocidades, aperturas de diafragma, modos de medición de luz, temperaturas de color etc, en un marco fabuloso y en buena compañía.

Detalle dels Uelhs deth Joeu.
Nikon D800 - Sigma 28-70 f2,8 IF EX DG
f10 - 6" - ISO 100
Trípode, filtro polarizador y cable disparador.

Empezamos el sábado por la mañana remontando el valle que forma el río Joeu hasta llegar al archiconocido pero maravilloso circo glaciar de Artiga de Lin.

Las primeras paradas nos sirvieron para experimentar con las distintas velocidades de obturación en la Hònt deth Gresilhon y en la más complicada (fotográficamente hablando) cascada dels Uelhs deth Joeu. Mediante este parámetro, decidimos cómo plasmar el agua en movimiento y, la verdad, hubo gustos para todo. Algunos optaron por el efecto del agua "sedosa" mientras que otros prefieron plasmarla con más naturalidad.

Al lado de la enorme y ruidosa cascada nos encontramos con otro grupo de aficionados a la fotografía que también estaban de taller, y es que este sitio es perfecto tanto por belleza como por facilidad de acceso para venir a practicar.

En lugar de subir en coche hasta arriba, optamos por remontar la cascada por su margen izquierdo y llegar a los prados de Artiga de Lin a pie por su lado noroeste.


Refugio de Artiga de Lin y Pish de Pomèro
Nikon D800 - Sigma 70-200 f2,8 APO EX DG OS
f20 - 1/15" - ISO 100
Trípode y cable disparador.





Y es que me encanta llegar caminando hasta aquí, acceder a los prados por el portal de piedra, detenerme ahí un rato y deleitarme con la vista de los prados, el ganado pastando y subir la vista y ver la Forcanada, el Malh dera Artiga, el Coth deth Hòro o la Pena Nera cerrando el valle.

Bajando por el camino que cruza el lugar llega un punto que el Pish de Pomèro i el refugio de montaña de la Artiga se alinean y permite tomar esta fotografía. En otoño la ladera se convierte, según palabras de mi amiga Carme (una aranesa de toda la vida) en una paleta de pintor.

Desde que subí por primera vez a este lugar, creo recordar que fue en Septiembre de 2007, nunca he venido al valle sin visitarlo. Lo sé, es muy conocido, y por eso mismo hay días en verano que parece Disneylandia de la gente que hay... pero sin duda es uno de los sitios que me dan más paz. Y en otoño, es simplemente espectacular.



En los prados de Artiga de Lin acabamos de pasar la mañana practicando los efectos que producen las diferentes aperturas de diafragma sobre la imagen final. No me cansaré de recordarlo, si queréis mucha profundidad de campo debéis usar una apertura pequeña (mayor núm f) mientras que si lo que deseáis es obtener un desenfoque selectivo con un fondo borroso, debéis optar por unas aperturas grandes (menor núm. f). El uso de según que óptica también ayuda a conseguir estos efectos.

Foto de grupo, cerca del refugio de Artiga de Lin.
Nikon D800 - Sigma 70-200 f2,8 APO EX DG OS
f18 - 1/25" - ISO 100
Trípode y temporizador.

La mañana transcurrió muy rápido y cuando volvimos a Les para comer teníamos una espinita clavada... aunque el día estaba siendo magnífico para la gran mayoría de los mortales, las luces excesivamente duras no nos habían dejado explotar el potencial de los interiores de bosque, así que por la tarde optamos por trasladarnos al vecino  Valle de Toran en busca de localizaciones más umbrías.

Pequeña cascada en el Valle de Toran.
Nikon D800 - Sigma 28-70 f2,8 IF EX DG
f16 - 5" - ISO 100
Trípode, filtro polarizador y cable disparador.

Este valle tributario del Garona queda en el extremo norte de la comarca y quizá por eso, porque está más alejado, es uno de los más desconocidos de la Val d'Aran.

Encaramados a las laderas de este valle nos encontramos pueblecitos de postal, que aún conservan la autenticidad de antaño, como Canejan, Porcingles o Sant Joan de Toran.

Seguimos el curso del Arriu de Toran hasta que nos encontramos con esta pequeña cascada al lado mismo de la pista. Al llevar menos agua y bajar con menos fuerza que la enorme Uelhs deth Joeu, siempre es más fácil de controlar la exposición, así que paramos y pasamos un buen rato practicando ahí y en el vecino Arriu de Toran.

Al estar completamente en la sombra, también fue un buen momento para probar diferentes configuraciones de balance de blancos, y ver cómo la imagen iba cambiando en calidez.










Al final llegamos al refugio dera Honeria y nos dimos una vuelta por los bosques que lo rodean. Allí sí, con una iluminación más homogénea y sin la molesta presencia de luces duras pudimos fotografiar a placer interiores de bosque. Las hojas caídas y el verde de los helechos y musgos confieren a estas imágenes un bonito contraste de colores complementarios.

Bosque otoñal. Valle de Toran
Nikon D800 - Sigma 28-70 f2,8 IF EX DG
f16 - 5" - ISO 100
Trípode, filtro polarizador y cable disparador.

Cuando nos cansamos de hacer fotos, y antes de regresar a nuestro cuartel general, el acogedor Hostal Talabart de Les, nos tomamos un café con leche en el refugio dera Honeria, disfrutando de la belleza y tranquilidad del lugar, y repasando las anécdotas y pormenores de la jornada.

La mañana del domingo hice madrugar a mis chicos. Las primeras luces del día suelen ser las mejores para fotografiar paisajes y nos fuimos al Valle de Varradós, desde donde pudimos observar (y fotografiar) a placer el amanecer sobre el macizo de la Maladeta, en el vecino Valle de Benasque.

Amanecer sobre el macizo de la Maladeta.
Nikon D800 - Sigma 70-200 f2,8 APO EX DG OS
f16 - 1" - ISO 100
Trípode y cable disparador.
Fue curioso... justo cuando llegamos las luces del alba teñían el cielo con tonos rosados, pero unos minutos después, cuando los primeros rayos del sol acariciaron las cimas del Aneto, la Maladeta y los demás tresmiles del macizo, el cielo ya había cambiado y el color estaba en la roca.

Primeras luces de la mañana sobre el macizo de la Maladeta.
Nikon D800 - Sigma 70-200 f2,8 APO EX DG OS
f18 - 1/4" - ISO 100
Trípode y cable disparador.

Con la luz cambiante de primera hora, fue el momento de probar con diferentes tipos de medición de luz (matricial, central y puntual) para ver como éstas influían en la exposición de cada toma. Hay que decir que el sol "jugó un poco al escondite" con nosotros, pero aún así pudimos tomar imágenes interesantes.

Mirad que aplicados tenía a mis chicos fotografiando el macizo de la Maladeta.
Nikon D800 - Sigma 70-200 f2,8 APO EX DG OS
f18 - 1/6" - ISO 100
Trípode y cable disparador.

Al cabo de un rato decidimos cambiar de localización y nos llegamos hasta el Plan des Artiguetes, a fotografiar la cascada del Salt deth Pish y vagar un poco por los aledaños en busca de más motivos otoñales. Este sitio también es un punto de visita obligada en la Val d'Aran, pero como todavía era muy pronto tuvimos la suerte de tener el lugar para nosotros solos.

Camino hacia el mirador superior del Salt deth Pish.
Nikon D800 - Sigma 28-70 f2,8 IF EX DG
f11 - 1/5" - ISO 100
Trípode, filtro polarizador y cable disparador.

Muy cerca del Salt deth Pish hay un pequeño laguito (más que un lago es un remanso del río) donde se pueden obtener tomas interesantes jugando con los reflejos del agua. Ya había estado aquí otras veces, pero siempre había hecho la foto desde el otro lado. Esta vez, y casi por casualidad, me decidí a cambiar el punto de vista pero el resultado sigue siendo igual de espectacular.

Reflejo en el Arriu de Varradòs.
Nikon D800 - Sigma 28-70 f2,8 IF EX DG
f14 - 1/15" - ISO 100
Trípode, filtro polarizador y cable disparador.

Se puede ser más feliz? Un lugar increíble para nosotros solos, la luz baja y buena temperatura...  Sin duda era el momento para experimentar con el "filtro mágico"... el polarizador, que potencia o atenúa reflejos, satura los colores y elimina brillos. Fue divertido, nos hicimos de modelos mutuamente para añadir algo de interés humano a las tomas. Los resultados, no dejan de fascinarme.

Anna y Jordi, con sus respectivos reflejos en el Arriu de Varradós.
Nikon D800 - Sigma 70-200 f2,8 APO EX DG OS
f11 - 1/60" - ISO 200
Trípode, filtro polarizador y cable disparador.

No me cansaría nunca de jugar con los reflejos del agua... me encantan las tomas en que el motivo aparece desdibujado por las pequeñas ondas, aunque se reconozca perfectamente lo que es. Nos pasamos un buen rato llenando nuestras tarjetas de memoria en este remanso.

Reflejo de abedul en el Arriu de Varradòs.
Nikon D800 - Sigma 70-200 f2,8 APO EX DG OS
f11 - 1/30" - ISO 100
Trípode, filtro polarizador y cable disparador.

En todo esto, la mañana iba avanzando y el lugar se iba llenando de gente. Ya he dicho que es uno de los lugares más típicos de visitar en la Val d'Aran, por lo que decidimos cruzar el cauce del riachuelo por unas resbaladizas piedras y volver al coche atravesando un bonito bosque que aún tenía que depararnos algunas tomas más.

Grupo de abedules. Interior de bosque.
Nikon D800 - Sigma 28-70 f2,8 IF EX DG
f6,3 - 1/3" - ISO 100
Trípode, filtro polarizador y cable disparador.

En definitiva, creo que fue un fin de semana completo, visitando lugares maravillosos donde afianzar y poner en práctica los conceptos aprendidos durante el curso teórico. Pero el otoño sigue, y aunque las temperaturas no estén de acuerdo con la estación, los bosques de nuestro país se están llenando de colores fascinantes para el fotógrafo. Hay que salir a por ellos.

Camino entre el bosque. Vall de Varradòs.
Nikon D800 - Sigma 28-70 f2,8 IF EX DG
f11- 1" - ISO 100
Trípode, filtro polarizador y cable disparador.

14 oct 2014

Fotografía Fácil: Temperatura de Color y Balance de Blancos

Seguro que hasta los menos avezados os habréis dado cuenta de una cosa... no es lo mismo fotografiar en un día nublado que en uno soleado o incluso durante un atardecer. Pues es verdad, no es lo mismo, y es que los colores de una escena se verán afectados por el tono de la luz que tengamos en el momento de tomar la foto, en especial los blancos o colores más claros.

Por ejemplo, la nieve (que todos sabemos que es blanca) puede verse amarillenta, rosada o incluso rojiza durante una puesta de sol, mientras que al alba o bajo una iluminación artificial su tono tenderá a ser frío y azulado. Para nuestro cerebro, esto no tiene la mínima importancia, porque sabemos que la nieve es blanca, pero una cámara digital no lo sabe, sólo se limita a medir la luz reflejada por los objetos.

Entonces... ¿cómo le decimos a la cámara que la nieve sigue siendo blanca? Para esto, debemos entender primero el concepto de TEMPERATURA DE COLOR.

La Temperatura de Color es el método que utilizamos para cuantificar el tono o color de la luz y se expresa en grados Kelvin (K). Por ejemplo, las temperaturas de color de diferentes tipos de iluminación son las siguientes:

- 1.700K - Luz de una cerilla
- 1.850K - Luz de una vela
- 2.800K - Luz incandescente de tungsteno (bombilla convencional)
- 5.500K - Luz de día. (Luz del sol al mediodía)
- 6.420K - Lámpara de Xenón (las azuladas de los coches de alta gama)
- 9.300K - Pantalla de televisión
- 28.000 a 30.000K - Relámpago

Representación gráfica del concepto de la Temperatura de Color. 
Como vemos, las temperaturas de color más bajas corresponden a tonos más cálidos o rojizos mientras que las más altas a tonalidades más frías o azuladas.

Antes, con las cámaras de carrete de toda la vida, la película venía calibrada para la luz de día (5.500K), esto es, para que reprodujera fielmente los colores bajo esa temperatura de color. Naturalmente, en las cámaras de gama más alta existía la posibilidad de cambiar esa calibración, pero debíamos escogerla al inicio de cada carrete y mantener el valor elegido durante todo el rollo. Por eso cuando disparábamos en interiores (y sin flash) nos daba esas tonalidades más anaranjadas.

Hoy en día, con las cámaras digitales, podemos variar y escoger para cada foto la temperatura de color que más nos convenga. Así pues, en todo momento podremos afinar en lo que a fidelidad de reproducción de colores se refiere. Cómo? Mediante la herramienta BALANCE DE BLANCOS.


Para empezar, esta función suele venir indicada por las letras WB (siglas de White Balance). Casi seguro que vuestra cámara tiene un botón con esas letras, o en su defecto, una función en el menú que nos permita cambiar la temperatura de color.

Pues bien, a través de la función Balance de Blancos le diremos a la cámara cuál será el blanco para cada temperatura de color y a partir de allí ella calculará automáticamente el resto de los colores de la escena.


Lo más usual es que una vez hayamos accedido a esta función, podamos elegir entre diferentes balances de blancos ya configurados para según qué situaciones. Esto nos facilita mucho el trabajo, ya que no nos hará falta recordar las temperaturas de color concretas de cada fuente lumínica.
Los más usuales son los siguientes:

Modos pre-configurados de balance de blancos, con sus símbolos respectivos 

La verdad es que esta función suele funcionar bastante bien en automático (AWB), pero para tener un mayor control sobre la escena, o para una fotografía más creativa podemos probar los distintos modos que nos ofrece la cámara. Si realizamos el ejercicio de tomar una misma fotografía cambiando el balance de blancos, veremos que los resultados en cuanto a tono y colores son muy distintos.

Una misma imagen tomada con diferentes configuraciones de Balance de Blancos.

Como podemos ver en este montaje, aunque las diferencias de tonalidad son sutiles en algunos casos, en otros son muy notorias, totalmente irreales. Por ejemplo, de tirar en automático (arriba izquierda) a hacerlo con el balance de blancos en posición "luz solar directa" (medio izquierda) la imagen gana un poquito en calidez. Ya si disparamos en "nublado" (abajo izquierda) o en "sombra" (arriba derecha) esta sensación de calidez aumenta bastante, casi demasiado por lo que recuerdo de como estaba la escena. Las otras dos, ya son experimentos raros que nada tienen que ver con los colores reales de la escena, pero que le dan un aire muy "pop" a la toma. Nunca se sabe cuando esto nos va a servir de algo...

El tema es que teniendo claro qué condiciones de luz tenemos en cada momento, podremos aplicar la corrección de blancos correspondiente para intentar reproducir fielmente los colores reales, o si se nos antoja (que para eso la fotografía es la libre interpretación que uno mismo hace de la realidad) valernos de esta herramienta para cambiar sutilmente o de manera más radical los colores finales de una imagen.

En este caso, al final me decidí por esta configuración, luz de sol directa, que es la que creo que reproduce con más fidelidad los colores existentes en ese momento.

Un par de cosas más antes de terminar... 

A parte de estas configuraciones ya preestablecidas, en muchas cámaras también nos será posible definir con exactitud la temperatura de color escogiendo el valor exacto en grados Kelvin que queramos.

Por ejemplo, en mi cámara, manteniendo pulsado el botón WB y girando el dial van pasando todas las configuraciones hasta que al final aparece el símbolo "K" y un valor numérico. Son los grados Kelvin, y con el otro dial es posible ajustarlos al valor que tengamos en mente.


Y luego, también debéis saber que la elección de uno u otro balance de blancos es una de las cosas que podremos hacer a posteriori, con tranquilidad en casa y sin degradar la imagen, siempre que disparemos en formato RAW.  ¿A qué ya os empieza a gustar más este formato de archivo?

Eso sí, no tiene ningún sentido ser tan escrupulosos en lo que al balance de blancos se refiere si no estamos seguros de que la pantalla de nuestro ordenador reproduce fielmente los colores. La mejor opción es calibrarla regularmente, o en su defecto hacer pruebas de impresión si queremos hacer una ampliación grande y costosa.

Y poco más. Es posible que esta función no os interese mucho, quizá no la vayáis a utilizar muy a menudo, o a lo mejor ya os está bien disparar con el balance de blancos en automático, pero bueno, esto es como todo... mi coche también tiene faros antiniebla y casi nunca los uso. Pero al menos sé para que sirven, como se conectan y cuándo debo usarlos (y quitarlos!).


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24 sept 2014

Eh, y tú no sales en la foto?

Llevo años escuchando esa frase. ¿Y tú, no sales en ninguna foto? Y es que, según parece, la gente "normal" (o sea, todos menos yo) cuando viaja no se conforma con tomar fotos de los sitios que visita, si no que incluso quiere aparecer en ellas! Inaudito!!

Por suerte, la mayoría se limita a posar delante de la cámara junto con el paisaje, el monumento o el edificio de turno, pero hay algun@s que incluso se atreven a realizar rocambolescos juegos valiéndose de las perspectivas y los elementos curiosos de la escena. Me refiero por ejemplo -y seguro que todos lo hemos hecho alguna vez- a "empujar" la torre de Pisa, a sostener las "partes nobles" del David de Miguel Ángel o a coger la luna con las manos.

De eso ya hablaremos otro día, me estoy yendo por las ramas, como siempre. Que no salgo en las fotos. Eso era. Pues bien, tenéis razón. Una de los motivos de mi afición a ponerme detrás de la cámara es precisamente ese: que si estoy detrás no puedo estar delante! Muy hábil yo...  Otro es que no me gusta nada dejar mi cámara en manos ajenas... como Gollum mi cámara "es mi tesssoro"... y aún hay otro, que es que muy pocas veces me hacen una buena foto (entre que yo ya no suelo salir bien, y que no todo el mundo es Robert Capa, pues ahí vamos).

Aún así, una no es de piedra y hay veces que incluso yo quiero formar parte de la escena, salir en alguna foto, tener un recuerdo de ese sitio que tanto me impresionó o simplemente posar con la gente con quien compartí charlas y risas en aquel viaje. Y es que, en el fondo, una tiene su corazoncito y no deja de ser una persona -más o menos- normal.

Así que, para todos aquellos que alguna vez me han dicho "Eh, tu no sales!" he preparado esta selección de fotos. Ya os aviso... sus vais a jartar de mí! Y es que, como podéis ver, a veces si que salgo en las fotos!

Me gusta esta foto. Y me gusta por varias razones, porque es una de las pocas veces que viajé con toda mi familia y además fuimos a un lugar que siempre había soñado con  visitar. Y en el fondo, me gusta porque ese viaje fue el principio de todo, ahí fue donde me "picó" el virus de ver mundo. Para mí, todo empezó en Egipto. Ah, la hice yo con el temporizador.

Increíble! Me pasé 6 meses en Alemania... y sólo he podido encontrar esta foto donde salga yo! ¿A que va a ser verdad eso de que no me gusta salir en las fotos? Aqui con Kristel, Lucia, mi madre y Hugo en el Gasthaus Zum Sternen, lo que fué mi hogar en Alemania. La foto me la hizo Tilo, el camarero del hotel y uno de mis mejores amigos en ese país.

A parte del monstruo (que no vimos) el Lago Ness no es que tenga nada de especial, de hecho hay mil lagos y lugares con más encanto... pero bueno, había que ir. Esa noche dormimos en un albergue de lo peorcito que he probado nunca, donde las duchas no funcionaban e infestado de bichos. Aún así tengo un gran recuerdo de este momento, anocheciendo junto a un Lago Ness plagado de "midges" (mosquitos). La foto me la hizo Betlem, una de mis mejores amigas y mi compañera en este y otros muchos viajes.

La primera vez que estuve en Londres fue para visitar a Núria (Nuriki para los amigos), una amiga que se había instalado ahí. Fue genial, porque conté con ella como perfecta guía y juntas nos recorrimos los lugares más populares. Uno de los días, nos estuvimos haciendo fotos en la ventana de su minúsculo apartamento, en Hugh St. La foto me la hizo ella.

Otra vez me fui de viaje con Betlem, y otra vez le tocó a ella hacer la foto. La verdad, tuvo que insistir un poco para que saliera, ya que yo estaba en un plan "no quiero!" Jajaja. Pero bueno, me encantó la Bretaña francesa y en especial esta pequeña isla donde los coches están prohibidos y las casas se parecen a las de los hobbits! Si vais por ahí, no dejéis de visitarla.

Mi segunda visita a Londres fue en el puente de la Constitución de 2006, con mi amiga y habitual compañera de viaje Betlem. Aquí salimos delante de una de las muchas pistas de hielo que montan en la capital inglesa por Navidad. Esta en particular está en el barrio de Greenwich, y nos la hizo Nuriki. Salimos estupendas, pero qué frío pasamos, leche!

Me estaban entrando un poco de remordimientos... tanto viajar y había (y aún hay) partes de mi tierra que no conozco. Por eso, y también porque estábamos ahorrando para el viaje del año próximo, en 2007 me fui a dar un vuelta por el Pirineo Catalán. Sola, a mi ritmo, y sacando fotos. Y en algunas hasta salgo! Bendito temporizador de las cámaras... como para encontrar alguien aquí arriba.

Y en 2008, cruzamos el charco! Yo por primera vez, para Betlem era la segunda. Aunque a priori había otros destinos en los Estados Unidos que me atraían más, he de decir que me gustó New York. Aquí estoy subida al grupo escultórico de "Alicia en el País de las Maravillas". La foto, como no, me la hizo mi compi, que de tanto viajar juntas iba aprendiendo!

Pues resulta que me gustó esto de caminar por el Pirineo, y fue así como en la primavera de 2009 me escapé unos días a Benasque. Qué palizones me pegué! Y vaya granizada que soporté bajando del Portillón.! Eso sí, vaya paisajes! Y las marmotas campando a sus anchas! Impresionante. Autofoto tomada con temporizador desde el Ibón Superior de Villamuerta, con el macizo de la Maladeta al fondo.

En Septiembre, uan vez más con Betlem, nos fuimos a Paris. Una vez allí, no podíamos dejar de subir a la torre Eiffel y hasta me compré una boina bien parisienne para la ocasión! Estupenda... a que si? No nos engañemos... me parezco una de esas chicas de la resistencia! En fin... Très Jolie! Paris, digo...

A finales de aquel año, esta vez con Biel, Fina, Leo y Jordi, hicimos una escapadita a Marrakech. Hubo un poco de todo en ese viaje... perdimos un pasaporte (que casualmente encontramos en mi bolsillo), nos alojamos en un Riad dentro de la Medina, comimos en la Plaza Jemaa el Fna y algunos de mis compañeros volvieron a casa con una severa infección intestinal. Aún así, me encantó la ciudad, su luz, su color, sus aromas, su vida... Curioso, pero sólo nos hicimos una foto juntos, en el Jardin de la Menara. Y fue con trípode y temporizador.

Ohhh yeah! Por fin había llegado el momento de cumplir uno de mis sueños: Viajar a la Costa Oeste de los Estados Unidos! Y es que sólo por poder disfrutar de sus maravillosos parques nacionales ya pediría la nacionalidad! Recuerdo la primera vez que me asomé al Gran Cañón del Colorado... se me puso todo el vello de punta. Que maravilla! Mi habitual compañera de viajes Betlem también se apuntó a venir, y he de decir que fue -creo- nuestro mejor viaje! Y mirad que foto me hizo!!
Si, otra de ese mismo viaje. Es que fue realmente espectacular! Recorrimos más de 3000 km, pasamos por tres estados, vimos maravillas de la naturaleza. Impresionante! También quería poner una foto de San Francisco, donde salimos las dos, pero el japonés que nos la hizo era ajeno a que su país es el mayor productor de cámaras fotográficas del mundo, y nos cortó medio cuerpo. En fin... Esta si que es chula! Foto: Betlem Ripoll

Después de un mega-viaje como el que nos cascamos el año pasado, en 2011 tocó algo más "light" (y cuando digo "light" quiero decir barato). Menorca era el destino ideal, el paraíso a un paso de casa -bueno, a una noche en ferri-. Betlem y yo embarcamos mi coche y dedicamos las mañanas a descubrir las increíbles calas de la isla y las tardes a visitar cosas. Esta foto desde Monte Toro, con la Bahía de Fornells al fondo, me encanta! Si la tuviera que titular seria "Mediterráneamente". 

Y ya que estábamos allí, y como casualmente era finales de Junio, nos pasamos por las Fiestas de Sant Joan de Ciutadella, un espectáculo sin parangón, donde los caballos y la pomada (ginebra + limonada) son sus protagonistas. Mala combinación? Quizá si... por eso, antes de que todo el mundo fuera piripi le pedí a uno que pasaba por allí que nos echara una foto a Betlem y a mí con Antoni Valentí, el director de la revista Hípica Catalana y Balear (con la que colaboro) y al que ya nos habíamos encontrado en el barco. Cosas de la vida, luego acabé en la tribuna de prensa cubriendo el  "Jaleo" o "Cargol des Born",  y una de las fotos que hice fue portada. Genial!

Y como ese año aún me quedaban días libres y algo de pasta, nos fuimos a Praga aprovechando el puente del 12 de Octubre. En ese viaje a Betlem y a mí se nos unió mi amiga y ex-compañera de trabajo Montse. La única foto que nos hicimos las tres juntas en esta maravillosa ciudad fue en el conocido Puente de Carlos, con el Moldava de fondo. No sé quién fue el genio que nos la hizo, pero tuve que reencuadrarla a posteriori ya que creo que apuntó directamente al cielo. Y es que a veces, las fotos salen casi de milagro...

En 2012, cambio de tercio! Por circunstancias que ahora no vienen al caso, me apetecía mucho viajar con mi hermano Albert, así que preparamos (bueno, en realidad preparé) un viajecito de 10 días por la "isla esmeralda" y se vino conmigo. Nos encantó la isla, sobretodo su parte sur, condujimos por la izquierda, visitamos paisajes de postal, dormimos en un castillo y lo mejor... cada día terminaba con una pinta (a veces dos) en el pub local. Aquí, en los acantilados de Moher, nos llevamos el trípode para poder tener una instantánea de recuerdo del viaje!

Ya de paso, cruzamos a Irlanda del Norte (pertenece al Reino Unido) y visitamos una de las rarezas geológicas de la isla: la Calzada del Gigante, en la costa de Antrim. Miles de cilindros de basalto hexagonal -algunos más altos, algunos más bajos- de donde casi nos echan. El motivo es que Albert se puso a escalarlos y yo a hacerle fotos... al poco rato un guardia nos dijo que para tomar fotografías con fines comerciales había que sacar un permiso, así que o parábamos o nos íbamos. Ok ok... Aquí salimos los dos sentados encima de los bloques. La foto nos la hizo otro turista.


Parece que 2012 fue el año de viajar en familia... en Diciembre, cumpliendo una promesa -y es que a veces no se puede hablar...- me llevé a mi ahijada Abril a Londres. Fueron sólo 4 días, pero nos divertimos de lo lindo persiguiendo ardillas en los parques y viendo las cosas más típicas de la ciudad... el Big Ben, el cambio de guardia, el Museo de Historia Natural, las joyas de la corona... y también jugueterías y la tienda de m&m's cercana a Picadilly! El último día, fuimos a Greenwich a zamparnos un english breakfast y luego mi amiga Núria (que todavía sigue viviendo en Londres) nos hizo esta entrañable foto al lado del Támesis.

2013 fue un año de grandes cambios en mi vida, y por fin pude hacer realidad otro de mis grandes proyectos: hacerme de una tacada el Camino de Santiago! Qué experiencia más increíble y positiva que fue! Durante más de un mes (33 días hasta Santiago, y 4 más hasta Finisterre) mi existencia se redujo a poner un pie delante del otro siempre en dirección oeste. Aunque empecé el viaje sola, pronto conocí a gente maravillosa y acabamos siendo uno de los mejores y más divertidos grupos en todo el camino! Aquí con mis ya inseparables Marian, Juli, Pepelu y Anthony el día de nuestra llegada a la Plaza del Obradoiro, en Santiago. Se encargó de las fotos mi amiga Maria Jesús, una compostelana también entusiasta de la fotografía que se tomó el día libre para compartir esos momentos con nosotros. Se puede pedir más?

El otoño es una de mis estaciones preferidas. De hecho, cuál no lo es? En 2013 nos fuimos un fin de semana con mi amiga Marina a el -siempre- precioso Valle de Aran. Una tarde, nos atrevimos y metimos mi pobre coche por la pista que sube hasta el Collado de Baretja, un sitio fantástico que había descubierto poco antes realizando un reportaje sobre los caballos pirenaicos. El lugar tiene una mística increíble, en plena frontera con Francia, y bien merecía acarrear el trípode hasta arriba.

Como echaba de menos a Marian, y por primera vez en mi vida tenia ganas, tiempo y plata, me fui a visitarla a Argentina. Al final me pasé un mes entero en este maravilloso país, visitando lugares tan increíbles como Iguazú o las sorprendentes provincias del noroeste, Salta y Jujuy. Precisamente allí, a más de 3000m. se encuentra este enorme salar, donde nos lo pasamos en grande saltando como locas y haciéndonos fotos. Al final, otro de los turistas que había por ahí nos hizo esta, quietecitas, que también está bien. 

Un mes da para mucho, y esta foto me gusta especialmente... Yo encima de uno de los glaciares más famosos del mundo, el Perito Moreno, en plena Patagonia. Qué genial que fue ese día! Me calcé (bueno, me calzaron) los crampones y a caminar por el hielo. Fantástico! La foto me la hizo Jorge, uno de los guías de la empresa Hielo y Aventura que nos llevó por el glaciar.

1974-2014. No me escondo... este año he cumplido los 40. Por eso, con cuatro de mis mejores amigas del instituto nos fuimos un fin de semana a Venecia a rememorar nuestro viaje de fin de estudios... (hay un post por ahí con el antes-ahora). Y no podía faltar el paseíto en góndola con Marina, Montse, Anna i Betlem. Estupendas, si! Sempre com ara!

A finales de este verano me dejé convencer y me fui con un grupo de amigos a ascender el Montardo (2833m). Al final, las cosas no salieron como las habíamos planificado y a donde llegué realmente y en solitario fue al Montardo Petit (2781m). Sea como sea, la belleza de la zona alta del Parque Nacional de Aigüestortes es espectacular. Aquí me tenéis poco después de superar el Collado de Crestada, delante de l'Estany de Monges. La foto me la hicieron otros senderistas a los que yo también les hice las suyas.