Porqué no todos los viajes son iguales. Porqué no todos los viajeros somos iguales. Porqué hay mil razones para viajar. Hoy la historia de su viaje la cuenta Marian, mi amiga de Buenos Aires a la que conocí de Camino a Compostela. Ésta no sólo es la historia de un viaje, es mucho más. Nos habla de iniciativa, de compromiso y de generosidad. Pero también de felicidad, porque esto al fin y al cabo es lo que nos llena.
Viajar.
Habrá una única definición? Yo creo que no.
Que una
gran parte de los viajes que más nos interesen en una primera instancia, sean
por turismo, es una gran verdad. Sin embargo, hay viajes que de por sí tienen
como objetivo vivir experiencias increíbles, encontrarse a uno mismo, dejarse
sorprender, aprender o transitar por una felicidad extrema, más allá de lo
geográfico o histórico. Ese sería el tipo de viaje en el que conocí a mi nueva
pero entrañable amiga, la genial Tali!
Con Marian, la autora de este relato, en las Salinas Grandes (Jujuy), durante mi pasado viaje a Argentina. |
Sin querer
desmerecer ninguno de estos dos grandes tipos de viaje (y dejando
deliberadamente los viajes laborales de lado), existe otra variedad por igual atractiva (cuanto menos). Es de este
último tipo de viaje, del que tratará mi relato.
Como
categorizar este último tipo de viaje? No se bien, pero voy a tratar!
Probablemente sea una mezcla de distintos aspectos, pero básicamente diría que
son aquellos en que el objetivo principal es el de dejar de lado la búsqueda de
la satisfacción o beneficio personal, y reemplazarlo por aquellos en que todo
el esfuerzo y empeño está focalizado en ayudar a otros; que eso al final, nos termina beneficiando inmensamente sin querer, es parte de la
maravillosa sorpresa de este tipo de viajes.
Casos de
este tipo de viajes hay montones! Pero me voy a centrar en mi experiencia
personal. Ya que estamos (o por cierto), a lo mejor ya notaron que escribo
“raro”. Convengamos que esto siempre depende del cristal con que se mire, pero
básicamente se debe a que soy argentina. Y es en este maravilloso e
incomprensible país, donde ocurre esta historia.
Belén,
Enzo, Federico, Melina, Gabriel, Fátima, Fernando, Johnatan, Gisella, Damaris,
Martina, Gabriela, Valentín, María y Lourdes, son los protagonistas de estos
viajes. Dónde están? En una pequeñísima localidad llamada Loma Larga, en la
provincia de La Rioja, en Argentina. Y es allí donde se encuentra una pequeña
escuela rural, la Escuela nro. 90 . Y es
allí donde esta viajera trata de ir 2 veces por año, recorriendo los 1200km que
separan Loma Larga de Buenos Aires.
izq. Situación de Loma Larga en el mapa. dcha. Ruta desde Buenos Aires |
Por qué ir
ahí quizás es la pregunta que se pueden hacer? Bueno, no es un lugar que se
destaque a nivel nacional por su geografía, sus paisajes o su historia (la
Argentina es un país muy joven, y pocos lugares tienen historia antigua). No
tengo ahí familiares y tampoco tenía amigos. Entonces, por que ir hasta ese
lugar? Por que hace casi 4 años que soy
la madrina de esta escuelita.
Escuela nº 90, Loma Larga, La Rioja (Argentina) |
Y eso de
ser madrina, que quiere decir? Básicamente que trato de mediar entre las
necesidades que esta comunidad pueda tener (que son muchas), y las
posibilidades que tengo de obtenerlas. A lo largo de estos años, pude ir
detectando y gestionando una serie de beneficios para la
escuela, desde una radio para que puedan comunicarse, ya que no tenían ni
teléfono fijo ni señal de celular como para comunicarse con otras comunidades o
familiares ante cualquier evento (si... hoy en día todavía hay lugares que no tienen
comunicación), una biblioteca en la escuela para que pueda ser utilizada por
niños y adultos de toda la comunidad (y hasta sirve actualmente para padres que
han retomado su escuela secundaria –beneficio inesperado!), libros de todo tipo
y color, material para los alumnos, ropa para los chicos y sus familias,
juguetes, elementos para actividades deportivas, alimentos no perecederos para
cada año, elementos de limpieza, muebles de guardado, un microondas,
reparaciones varias en la escuela, juegos didácticos, etc.
Todas estas cosas han ido completando la
escuela, ayudando a la comunidad y sobre todo y muchísimo más importante,
generando un genuino vínculo entre nosotros.
Con algunos de los alumnos de la escuela |
Cada vez
que llego a la escuela, me reciben no solo con los brazos abiertos y montones
de abrazos y sonrisas, sino también siempre con carteles de algún tipo para
darme la bienvenida. Este fue el del último viaje
Y allí, me esperan siempre mis ahijados!
Ya son 7
viajes en estos casi 4 años que me acerco hasta Loma Larga, para compartir
charlas, juegos, paseos con los chicos a sus lugares especiales, almuerzos (que
almuerzos!) o mates con tortafrita con las familias.
Y cuanto aprecio esto, cuando cariño recibo,
cuantas sonrisas me llevo conmigo en cada viaje de regreso. Cuanto valoro que
estos chiquitos y sus familias, hayan podido confiar en mi mientras fue pasando
el tiempo, cuanto valoro todo lo que me traigo conmigo de regreso, cuantas
cartitas, recuerdos, productos caseros regionales, y sobre todo… cuantas
sonrisas y cariño. Cuanta satisfacción en saber que todo el esfuerzo que hago por
varios meses antes y tiempo que invierto, toda la colaboración de amigos y
familia, llega a buen puerto, llega a ayudar a esta comunidad y a estas
personas en particular.
Las
distancias en Argentina son grandes, los problemas políticos y económicos y
básicamente de planificación también son grandes, tanto o más que las
distancias. Y las poblaciones que se encuentran lejos de los pocos grandes
centros urbanos, suelen estar dejadas de lado, abandonadas a su propia
capacidad de gestión, en una palabra, desamparadas.
La escuela nº 90, desde la ruta hacia Solca |
Y Yo… la
verdad, es que estoy en el grupo de los que tienen suerte en este país, de los que hemos
viajado mucho por el mundo, pero también muchísimo por el interior. Viendo
siempre con asombro y respeto, esas pequeñas escuelitas rurales perdidas en la
mitad de los montes, o las grandísimas extensiones, pensando en como hará ese
maestro para cumplir tantas funciones además de las de educador; siendo
psicólogo de la comunidad, pintor, plomero, juez de paz, y hasta
enfermero. Profesiones que ejerce desde
ya por confianza y necesidad de las comunidades que lo rodean y no por una
formación especial para hacerlo. Como hacen para poder ejercer su profesión
“formal”, distribuyendo los pocos recursos que tienen para brindar a sus
alumnos que vienen desde lejos caminando o montando algún burrito. Estos
maestros han merecido mi respeto siempre a lo largo de los años… y devolver a
la vida parte de lo que he tenido suerte de recibir (por que en el fondo es
suerte, verdad?), es casi como un sueño de muchos años, hecho realidad.
Gran
sorpresa la mía, cuando pensé al comenzar con esta iniciativa, que era yo la
que iba a ayudar…. Al darme cuenta que en cada viaje vuelvo con el corazón
hinchado de tanta alegría, satisfacción y anécdotas; y
son ellos quienes me ayudan a mí.
Entonces…
este es el tipo de viaje, que creo es necesario hacer, si ustedes, como yo,
están del otro lado de la balanza.
Marian Soulas. Buenos Aires, Argentina
Para saber más de estos viajes que mi amiga Marian realiza cada año, podéis visitar su blog Escuela 90 - Loma Larga. En él encontraréis más fotografías y las historias de cada una de sus visitas.
Y la verdad, me gustaría ir allí la próxima vez que visite tu país, amiga.
Y la verdad, me gustaría ir allí la próxima vez que visite tu país, amiga.
Grande, Marian!
ResponderEliminarGrande es poco!
EliminarMariana es una persona increible!
ResponderEliminarHola Caro! Con todo lo que podamos decir nos quedamos cortas. Marian es lo más!!
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