Potro pastando en el Coth de Baretja, Val d'Aran (Lleida) Nikon D800 - Sigma 70-300 DL Macro f11 - 1/1000" - ISO 400 |
Me voy a caminar... y de paso hago fotos.
Cabana de Pomèro. Val d'Aran (Lleida) Foto realizada durante la subida al puerto de la Picada, por la Canaleta de Pomèro. Panasonic Lumix DMC-LX3 f8 - 1/125" - ISO 80 |
La ligereza es, para mi, fundamental cuando se trata de pasarme horas subiendo y bajando por crestas, collados y valles. Eso si... mi compacta dispone de controles manuales, y que yo vaya de paseo no significa que renuncie a escoger los parámetros de disparo y el encuadre que a mi me parezcan más idóneos en cada situación. Simplemente lo hago con la rapidez de quien conoce su equipo y tiene las ideas claras de cómo quiere la foto.
Aparte de mi cámara... llevo lo típico para irme de excursión... agua, algo de comida, ropa de abrigo, mapas, una brújula, una navaja suiza, e incluso un pequeño y básico botiquín. Planifico la ruta según mis posibilidades y la meteorología y aunque la mayoría de veces voy sola (si, ya lo sé, no debería) siempre dejo dicho a alguien dónde voy a ir... y luego no cambio la ruta, claro. Y no hacer excesivas locuras. Lo que sería lo típico en una salida por la montaña. Y a veces hasta salen fotos chulas!
Me voy a hacer fotos... y de paso camino.
Paisaje de montaña. Vall de l'Artiga, Val d'Aran (Lleida) Nikon D300s - Sigma 70-200 f2,8 APO EX DG Macro f20 - 1/50" - ISO 100 |
En cambio esta situación es distinta, al menos en el concepto. Harina de otro costal. Montaña, cámara fotográfica y yo, pero a otro nivel. Cuando lo que prima es el factor fotográfico, me llevo todo mi equipo al completo. La réflex, dos o tres ópticas de buena calidad, el pesado trípode, filtros, cables, varias baterías e incluso a veces el flash. Mi mochila fotográfica pesa más que la otra, pero sé que yendo de este plan no voy a caminar tanto... aunque a veces puede que me meta en sitios peores, así que es muy recomendable calzar unas buenas botas, calientes y si puede ser con Gore-Tex. Si metemos la pata en un riachuelo tocará ir con los pies húmedos todo el día... y eso no es muy agradable.
Siempre que puedo, me acerco con el coche hasta donde me permita el terreno, eso facilita las cosas. (Cuidado, siempre por pistas o caminos donde esté permitido el tráfico) Y dentro dejo la otra mochila con las vituallas y demás cosas que no voy a necesitar para fotografiar, pero que puedo tenerlas en cuestión de minutos. Incluso ropa y calzado de recambio, por si acaso.
Madrugar es la clave
Si salir al monte ya comporta levantarse pronto... salir como fotógrafa implica madrugar aún más. Si quieres estar arriba para cuando salga el sol, no toca otra que subir antes del amanecer... esto es, horas intempestivas.
Otra opción, para las localizaciones más remotas o inaccesibles, es subir la noche antes y quedarse a dormir allí en tienda o refugio cuando lo haya. En el Pirineo, y siempre que estés a más de 2000 metros, está permitido plantar una tienda para pasar la noche pero todo tiene que estar recogido a primera hora. Es lo que sería poco más que un vivac. Otra opción es llevar un camper o autocaravana, pero la finalidad es la misma, dormir ya donde vas a realizar las fotos.
Cordón del Fitz Roy y el Cerro Torre al amanecer. PN Los Glaciares, Santa Cruz (Argentina) Fotografía realizada a las 5.30 de la mañana. Así la hice Nikon D800 - Sigma 24-70 f2,8 DG HSM f10 - 1/4" - ISO 100 |
Puesta de sol en el Pn de la Serra de Montsant, Priorat (Tarragona) Panasonic Lumix DMC-LX3 f5,6 - 1/30" - ISO 80 |
Mal día para ir a la montaña... buen día para el fotógrafo.
Otro factor a tener en cuenta es el clima...y la temperatura. En días ventosos y despejados se pueden realizar tomas muy nítidas, aunque sea muy molesto estar fuera aguantando las frías ráfagas de la montaña y los árboles y plantas probablemente queden movidos. La lluvia es otro factor a considerar. Para empezar, hay que ir provistos de una buena funda impermeable para nuestra mochila. Hay muchas marcas que ya la incorporan en sus productos de gama alta, pero si no, tocará pasarse por el Decathlon (u otra tienda de montaña) a por una funda que se adapte a nuestra mochila.
Una réflex con un buen sellado puede aguantar perfectamente una fina llovizna, aunque si la cosa va a mayores habrá que pensar en protegerla para fotografiar bajo la lluvia. Y es que en días lluviosos el bosque presenta unos colores limpios, saturados y brillantes. Seguramente nunca se nos ocurriría irnos de excursión a la montaña en un día de lluvia, aunque siempre podremos encontrar buenas oportunidades fotográficas.
Gotas de lluvia en las ramas de un árbol. Val d'Aran (Lleida) Nikon D300s - Sigma 70-200 f2,8 APO EX DG Macro f6,3 - 1/3" - ISO 100 |
Luego hay que tener otra precaución. A veces puede ocurrir que al pasar de un sitio muy frío y húmedo como la montaña a otro muy caliente (el hotel o un bar) pueda producirse condensación en las lentes. Entonces lo mejor es dejarlas hasta que se evapore la humedad de dentro. Otra buena manera de secar el equipo es metiéndolo dentro de una bolsa con arroz.
Niebla en la montaña. Valle de Benasque (Huesca) Panasonic Lumix DMC-LX3 f8 - 1/800" - ISO 80 |
¿Gran angular o teleobjetivo?
Siempre se ha dicho que para fotografiar paisajes no hay nada como un gran angular, por el ángulo de visión y la profundidad de campo que proporciona, pero yo siempre cargo también con mi tele cuando voy a hacer fotos a la montaña. Nunca se sabe si va a surgir la oportunidad de fotografiar algo de fauna y aunque no encontremos ningún animal, siempre puede ser de utilidad para aislar ciertas partes del paisaje o captar detalles de cimas lejanas. A parte, el teleobjetivo también comprime los planos, así que puede ser otro recurso a tener en cuenta.
Macizo de la Maladeta fotografiado desde lejos con un teleobjetivo. Nikon D300s - Sigma 70-200 f2,8 APO EX DG Macro f8 - 1/25" - ISO 100 |
El trípode, nuestro mejor aliado.
Pues si. Aunque realmente sea un auténtico engorro cargarlo por esos montes de dios, al llegar el momento crucial nos será de gran utilidad, ya que nos permitirá disparar a bajas velocidades sin subir la ISO y sin importar si estamos usando un gran angular o un teleobjetivo. Así, podremos cerrar el diafragma hasta donde nos convenga, utilizar filtros o incluso usarlo para fotografía macro.
La cualidad más importante de un trípode es que sea estable. Que aguante nuestra cámara con seguridad y, a poder ser, que no sea excesivamente pesado... aunque claro, todo esto tiene un precio. Escoged el que podáis cargar (y pagar) y hasta os permito que os acordéis de mi familia cuando estéis subiendo por una cuesta con él a la espalda... Luego, ya me contaréis si os es útil o no...
Cascada de Torc. PN Killarney Lakes, condado de Kerry (Irlanda) Nikon D300s - Sigma 18-55 f2,8 EX DC Macro f18 - 1,6" - ISO 200 |
Pues ya poco más... disfrutad y sed respetuosos en la montaña, y no sólo con ella, si no también de ella. Por muy cercanas o asequibles que nos parezcan, un repentino cambio de tiempo o una simple torcedura de tobillo pueden hacérnoslas pasar muy putas allá arriba...
Y sobretodo, y como dice el refrán "toma sólo fotografías y deja sólo tus huellas". Nos gustará volver otro día y encontrarnos el monte limpio.
Serra Major. Pn de la Serra de Montsant, Priorat (Tarragona) Nikon D300s - Sigma 18-55 f2,8 EX DC Macro f11 - 1/30" - ISO 200 |
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