"La aventura, la gran aventura, es contemplar cómo aparece una cosa desconocida cada día delante de tus ojos".

-Henry Cartier-Bresson-

28 jun 2014

Buscando el Color

Sin duda, la vida es en color. Nos rodea, está por todas partes... sólo hay que fijarse. Si llevamos los ojos bien abiertos, seguro que nos toparemos con mil y una oportunidades de plasmar el color en nuestras fotos. A veces el color es un elemento secundario de la fotografía, pero en muchas ocasiones se convertirá en el motivo por el cual hicimos esa foto.

Arco iris. Vapor de agua en suspensión. Parque Nacional de Iguazú, Misiones (Argentina)
Nikon D800 - Sigma 70-300 DL Macro
f10 - 1/320" - ISO 400

Antes que nada, un par de recomendaciones. Las luces duras y directas saturarán los colores, dándoles más brillo y contraste, pero a veces esta iluminación nos complicará una correcta medición de luz y por tanto tendremos que exponer con cuidado. Con una luz difusa obtendremos colores más suavizados y nos facilitará captar un rango de tonos mayor.

Colores saturados y sin reflejos. Salinas Grandes, Jujuy (Argentina)
Nikon D800 - Sigma 24-70 f2,8 EX IF DG
f18 - 1/100" - ISO 100

Tanto con una como con otra, nuestro aliado va a ser el denominado "filtro mágico", un accesorio que no debería faltar en la mochila de cualquier aficionado a la fotografia: el filtro polarizador. Con él saturaremos aún más los colores, intensificando su tono y nos eliminará (o potenciará) los reflejos. Sólo hay que girarlo hasta obtener un resultado que nos guste.

Simple. Un caracol en una persiana verde. Valldemossa, Mallorca. (I. Baleares)
Nikon D300s - Sigma 18-50 f2,8 EX DC Macro
f8 - 1/40" - ISO 400
Cuando, cámara en mano, paseamos por pueblos, ciudades o escenarios naturales, es bueno estar atentos a los colores que nos rodean, ya que nos pueden deparar buenas fotos si somos capaces de darle el protagonismo que se merece. Cualquier motivo, aunque nos parezca una tontería, puede convertirse en una buena foto y el color nos puede ayudar a conseguirlo.

Rosa amarilla. Masia Pubill, Riudoms (Tarragona)
Panasonic Lumix DMC-LX3
f4 - 1/160" - ISO 80
Las flores pueden ser uno de esos motivos. Una vez me preguntaron que por qué a los fotógrafos nos gustaba tanto fotografiar flores. Pues porque se están quietas, fue mi respuesta (al menos cuando no hay viento...) Pero sus caprichosas formas y sus exuberantes colores también tendrán algo que ver... digo yo. Seguro que en vuestra ciudad hay jardines donde poder experimentar con los colores de las flores, sobretodo en primavera. En estos casos, una luz suave siempre nos ayudará.

Redes de pescadores. Puerto de Cambrils. (Tarragona)
Nikon D800 - Sigma 24-70 f2,8 EX IF DG
f7,1 - 1/60" - ISO 100
Yo suelo bajar bastante a Cambrils. Me queda cerca de mi casa y tanto el puerto como las playas nos ofrecen multitud de oportunidades fotográficas. Sólo hay que ir a la hora adecuada y fijarse en todo, hasta en las pequeñas cosas. Y es que a veces las cosas pequeñas pueden depararnos fotos interesantes si componemos con cuidado y aprovechamos el color.

Cabinas telefónicas. Covent Garden, Londres (Reino Unido)
Nikon D70 - Nikkor 18-70 f3,5 - 4,5
f4,5 - 1/45" - ISO 200
Sin duda, el mejor color para destacar algo es el rojo. Es chillón como pocos, y hace que nos fijemos enseguida en el objeto que presenta ese color. Quizá por eso muchas cosas útiles o importantes están pintadas de rojo... cabinas telefónicas, buzones, señales de peligro... Hacen que las veamos a distancia.

Aguas turquesas. Cala Mitjana, Menorca (I. Baleares)
Panasonic Lumix DMC-LX3
f8 - 1/200" - ISO 80
Pero mi color preferido es el azul. Todos los azules me gustan, pero especialmente el turquesa (ese que algunos lo ven verde y otros azul). ¿Será por eso que me encanta Menorca? Sus aguas tienen ese color tan especial para mí y bañarse en ellas es una delicia. Aunque sé que conlleva cierto peligro (la arena de la playa y la sal del mar no son buenas amigas de las cámaras fotográficas) siempre me llevo mi cámara y a veces, entre chapuzón y chapuzón me dedico a tomar fotos.

Flores de almendro. Masia Pubill, Riudoms (Tarragona)
Nikon D300 - Nikkor 70-200 f2,8
f9,5- 1/750 - ISO 200
El blanco es un color jodido. Bueno... técnicamente no es un color, es la suma de todos los colores, pero ya me entendéis. Y digo que es jodido porque refleja muchísima luz, y hacer una buena medición siempre es complicado. Bajo una luz dura, sacarle algo de textura es muy complicado, y si sub-exponemos para que no queme la foto siempre nos quedará más oscuro de lo que en realidad es.

Otra particularidad, si medimos la luz de manera puntual en la zona más brillante del blanco, esta quedará bien pero todo lo demás quedará un punto sub-expuesto. A veces, este efecto puede dar lugar a fotos muy interesantes ya que nos oscurece ciertas partes de la foto, simplificándola.

Pared norte del glaciar Perito Moreno. P.N. Los Glaciares, Santa Cruz. (Argentina)
Nikon D800 - Sigma 70-300 DL Macro
f9 - 1/640" - ISO 100
¿Y qué me decís de los colores oscuros? Pues que también engañan al fotómetro de nuestras cámaras, ya que reflejan muy poca luz. Si caemos en "la trampa" tendremos colores demasiado claros, mientras que si sub-exponemos un poco la toma tendremos colores más reales, aunque a veces cueste obtener texturas o detalles. Lo ideal, como en todo, es exponer en su punto justo.

Sombras en la puerta. Monasterio de Poblet (Tarragona)
Nikon D300s - Sigma 18-50 f2,8 EX DC Macro
f16 - 1/40" - ISO 400
Hay ciertos colores que, combinados entre ellos, se intensifican y se equilibran mutuamente. Son los denominados colores complementarios y son aquellos que se encuentran diametralmente opuestos en el círculo cromático. Por ejemplo el naranja con el azul, el verde con el rojo, el amarillo con el violeta... Las fotos en la que consigamos combinar colores complementarios tendrán fuerza por sí solas, serán más "vivas" y captarán nuestra atención de inmediato.

Taberna alsaciana. Kaysersberg, Alsacia (Francia)
Nikon F80 - Nikkor 28-80 f3,5-5,6 D
Película fotográfica Kodak Gold 400

Otra de colores complementarios. Amapolas rojas sobre fondo verde. Castell d'Escornalbou (Tarragona)
Nikon D800 - Sigma 24-70 f2,8 IF EX DG
f5,6 - 1/250" - ISO 100

En cambio, si logramos encontrar motivos cuyos tonos estén muy cerca en círculo cromático obtendremos fotos con más sensación de orden, tranquilidad y de armonía visual. Sólo hay que jugar un poco con los colores armónicos.

Telas en el mercado ambulante de Portobello Road, Londres (Reino Unido)
Nikon D70 - Nikkor 18-70 f3,5 - 4,5
f13 - 1/60" - ISO 100
Aunque esta armonía no siempre tiene que ser con colores cercanos. Muchas veces, ligeras variaciones de un mismo tono también nos darán este efecto. 

Amarillos y ocres otoñales. Val d'Aran (Lleida)
Nikon D300s - Sigma 70-200 f2,8 APO EX DG Macro
f18 - 1,6" - ISO 100

En otras ocasiones nos toparemos con situaciones en que estarán presentes combinaciones de tres colores. El tres es un buen número, siempre me han gustado los números impares, y si los colores están relativamente separados en el círculo cromático, pueden dar lugar a llamativas composiciones.

Pista de patinaje al lado de la Torre de Londres. Londres (Reino Unido)
Nikon D70 - Nikkor 18-70 f3,5 - 4,5
f16 - 1" - ISO 100

Si, lo sé, no siempre vamos a poder decidir de qué color son las cosas que fotografiamos, pero debemos estar atentos ya que una buena combinación de colores siempre hará nuestras fotos más interesantes.

Pirámide de Kefrén, Esfinge y Templo del Valle. Cada uno iluminado con uno de los tres colores básicos.
La combinación es sorprendente. Giza, El Cairo (Egipto)
Nikon F80 - Nikkor 28-80 f3,5-5,6 D
Película Kodak Gold 400

A veces, un simple rayo de luz puede aportar esa "magia" que buscamos para nuestras fotos. Sólo hace falta que incida en el lugar adecuado, y de que estemos ahí para captarlo...

Reflejos de colores en la piedra. Catedral de San Vito, Praga (Rep. Checa)
Nikon D300s - Sigma 70-300 f4-5,6 DL Macro
f6 - 1/60" - ISO 800

Uno de los momentos del día en que el cielo se puede llenar de color es al atardecer. No pasa siempre, y tampoco avisa, pero una buena puesta de sol nos puede deparar colores sorprendentes. Un consejo, para conseguir plasmar esos colores, hay que medir la luz en el cielo y olvidarnos de lo demás. Lo más probable es que buena parte de la foto nos quede sub-expuesta, pero siempre podemos jugar con las siluetas negras para componer.

Atardecer en el Monasterio de Poblet (Tarragona)
Nikon D300s - Sigma 70-200 f2,8 APO EX DG Macro
f14 - 1/30" - ISO 200

Otras veces no quedará otra que madrugar si queremos captar colores casi irreales, ya que el sol al amanecer lo tiñe todo de tonos cálidos. La intensidad no siempre es la misma, y esa calidez dura muy poco ya que la luz cambia rápidamente, así que si lo que buscamos es color habrá que estar preparados, ser rápidos y tener un poco de suerte.

Macizo del Fitz Roy y Cerro Torre al amanecer. P.N. Los Glaciares. El Chaltén, Santa Cruz. (Argentina)
Nikon D800 - Sigma 24-70 f2,8 DG HSM
f10 - 1/4" - ISO 100

En cualquier época del año podremos fotografiar los colores de la naturaleza en todo su esplendor, sólo es cuestión de saber verlos y aprovechar la luz para sacarles partido, pero sin duda es en otoño cuando el monte presentará más y diferentes tonalidades, convirtiendo ciertas partes de nuestra geografía en una espectacular paleta de pintor.

Colores otoñales en Artiga de Lin, Val d'Aran (Lleida)
Nikon D300s - Sigma 70-200 f2,8 APO EX DG Macro
f18 - 2" - ISO 100
Pero no hace falta irnos a la montaña (aunque a veces -y hablo por mí- si lo necesito). En las ciudades también vamos a encontrar color en cualquier época y en las situaciones más diversas. Repito, sólo hay que saber verlo.

Taxis amarillos. Nueva York (USA)
Nikon D300s - Sigma 18-50 f2,8 EX DC Macro
f6,3 - 1/20" - ISO 100

El color es alegría, el color es vida y la vida es color. Sed observadores y plasmadlo de la manera que queráis, complementando la imagen, usándolo para resaltar ciertas cosas o haciendo del color el motivo mismo de la fotografía. Eso ya depende de vosotros, el color está ahí fuera.

Círculo cromático. Representación circular de la escala de colores o espectro visible de la luz.

26 jun 2014

Fuego Mágico

Es tradición en mi tierra celebrar el solsticio de verano con una buena fogata. No está muy claro el origen de las hogueras, algunos creen que son antiguos ritos paganos, probablemente celtas, otros lo relacionan con el cristianismo y que ésta sea la noche más alejada de la Navidad. Lo que sí es cierto es que el solsticio de verano es la noche más corta del año y muchos ven en ella propiedades mágicas.

Sea como sea, el fuego es el protagonista de la noche y, como tal, seguro que querremos hacerle fotos. Y encima nos gustaría que quedasen bien... verdad? Así pues, ¿cómo fotografiar el fuego? Pues ante todo con mucho cuidado... puesto que quema! 

Hoguera de San Juan. La Morera de Montsant, 2012.
Panasonic Lumix DMC-LX3
f5 - 1/800" - ISO 800

Si, podéis reíros... pero ante todo precaución! Es una verdad como un puño que el fuego quema, pero a veces tendemos a olvidarlo, y debéis recordar siempre que los equipos fotográficos no son ignífugos. Vale pesada vale, ya lo sabemos... si claro y también sabéis que el fuego hace saltar chispas no? Sería mucha mala suerte, lo sería, pero imaginad que una de esas chispas o ascuas encendidas va a parar a vuestra lente. Como mínimo tendríais una quemadura en el cristal exterior... lo que seguramente significaría una renovación forzada de la óptica. 

Por eso y por otras cosas es muy recomendable proteger la óptica con un sencillo filtro, un UV neutro nos bastará, para que haga de escudo o "parachoques". Es mucho más barato restituir un filtro que todo un objetivo. Yo lo llevo siempre. Protege al cristal exterior de quemaduras, rayadas, polvo y suciedad. Y de nuestros dedos!!  Eso si, la calidad del filtro debería ir en consonancia con la de la óptica...mejorar no va a mejorar la imagen pero si puede empeorarla, así que sed consecuentes...

Una vez equipados, debemos tener presente que el fuego es, por sí mismo, una fuente de luz. Eso sí, como única fuente de luz es pobre y con una temperatura de color muy cálida. Suficiente para trabajar, pero si queremos sacarle todo el partido tendremos que ser cuidadosos con la medición de luz.

Leyendo el discurso a la luz de un quinqué. Noche de San Juan  en La Morera de Montsant, 2009
Panasonic Lumix DMC-LX3
f2,8 - 1/30" - ISO 800

Una imagen iluminada solamente por la luz de un fuego o una vela puede ser casi mágica. Lo va a teñir todo con sus tonos anaranjados y rojizos, pero (y a no ser que sea una hoguera muy grande) nos obligará a disparar con diafragmas abiertos, velocidades lentas y sensibilidades altas. Es lo que hay. Penumbra.

Otra cosa es centrarnos directamente en la llama, convertirla en el motivo principal de nuestras fotos. Ahí sí que tendremos más luz, por lo tanto, deberíamos poder disparar con valores más cerrados y/o rápidos. Pero claro, como todo en la vida, decidir cómo nos gusta -fotográficamente hablando- el fuego, también es cuestión de gustos. 

En este aspecto es un poco como cuando fotografiamos agua en movimiento. Una velocidad rápida congelará la imagen, las llamas en este caso se plasmarán más definidas, mientras que una larga exposición provocará que se vean más desdibujadas. Ya os lo digo, cuestión de gustos.

Un sencillo fuego en una chimenea puede convertirse en un buen motivo con una exposición más lenta.
Nikon D70 - Nikkor 18-55 f3,5-4,5
f4,2 - 1/3" - ISO 100

Pero sea la manera que sea, la clave para que el fuego nos salga bien expuesto será una correcta medición de luz. Para estos casos yo suelo utilizar la medición puntual. Mido la luz en un único punto de la imagen -normalmente la parte más brillante del fuego- y luego si es necesario voy compensando con el botón +/-, que técnicamente se llama compensador de exposición. Eso me asegura que el fuego me quedará bien expuesto.

A nivel compositivo, el fuego puede darnos mucho juego. A mí me gusta especialmente utilizarlo para "siluetear" personas u objetos, poniendo la hoguera de fondo y lo que quiero siluetear entre el fuego y yo, a contraluz. Eso sí, la luz siempre la mido en la parte más brillante del fuego y ajusto los parámetros de disparo en consecuencia. Eso da como resultado imágenes con una gran parte sub-expuesta, muy simples, pero es esa simplicidad la que las hace ser muy impactantes.

Una madre con su hija en brazos observan la hoguera de San Juan. La Morera de Montsant, 2003.
Nikon F80 - Kodak Gold 400

Si no queremos crear estas siluetas al contraluz, siempre nos queda la opción de disparar con el flash para iluminar el primer plano. Pero cuidado, demasiado flash nos "matará" la iluminación de fondo, así que si disponéis de esa opción, sincronizad el flash a la segunda cortinilla. También podéis jugar con el compensador del flash, bajándole la intensidad. (Botón +/- del flash).

Otra opción muy chula es aprovechar la llama para crear interesantes estelas de fuego en la imagen. ¿Cómo hacerlo? Pues seleccionando una velocidad de obturación lo suficientemente lenta para dar tiempo a que se cree la estela producida por una pequeña llama en movimiento. Es cuestión de ir probando hasta dar con una velocidad que nos satisfaga (también dependerá de lo rápido que se mueva la llama, claro). Por ejemplo, para fotografiar malabares con fuego, algo sobre 1/2", 1/4" o 1/8" puede servirnos. Y con el flash sincronizado a la segunda cortinilla (en mi cámara la opción concreta es "REAR"), daremos luz y congelaremos el resto de la imagen sin "matar" a la estela. Con una pizca de suerte y un poco de práctica (o mucha...) pueden salir cosas interesantes.

Malabares con fuego. Ulldemolins, agosto 2013
Nikon D300s - Sigma 18-50 f2,8 - Flash Metz 48
f2,8 - 1/8" - ISO 200

Otro motivo muy agradecido de fotografiar (y de ver!) son los fuegos artificiales. Personalmente a mí son los únicos petardos que me gustan... y supongo que es porque puedo fotografiarlos... Para hacerlo, sí o sí vamos a necesitar un trípode -lo más estable posible-. Y si disponéis de él, un cable disparador también nos va a ayudar mucho para evitar que la imagen salga trepidada. Ah, me olvidaba... si vuestra óptica dispone de de estabilizador de imagen, siempre hay que desconectarlo cuando usemos el trípode

Debemos preparar el equipo con la antelación suficiente, y mirar de encontrar un sitio no muy cercano, para que las explosiones pirotécnicas no nos queden fuera de cuadro. El problema es que no sabemos exactamente dónde van a hacer explosión, por lo que es mejor tirar con el zoom en posición angular (al menos en las primeras fotos) y luego ir acotando.

El enfoque también es un tema crítico, puesto que no tendremos el motivo a fotografiar hasta que explote, y entonces va a durar muy poco, por lo que es recomendable enfocar previamente a un punto que consideremos cercano a las explosiones y desconectar el auto-focus de la cámara. Otra opción puede ser la de colocar el anillo de enfoque a infinito. 

Fuegos artificiales. Fiestas de San Juan en la playa de Torredembarra, 2014.
Nikon D800 - Sigma 24-70 f2,8 IF EX DG
f8 - 12" - ISO 100

Para que se vea toda la estela creada por la subida de los cohetes y la explosión, yo tiro en modo "Bulb", es decir, dejando abierto el obturador y estableciendo el tiempo de exposición "a ojo". Presiono (esto es, abro) cuando sale el cohete y lo mantengo abierto hasta que ha explotado del todo. También podemos dejarlo abierto para captar dos o tres explosiones, pero cuidado, un exceso de luz nos puede sobre-exponer la parte interesante de la toma. 

En cuanto al diafragma, algo intermedio como f8 puede valernos, y a partir de ahí podemos probar con otros valores. Eso si, mantened la ISO siempre lo más baja posible, para mitigar el posible "ruido" o "grano". Si vuestra cámara tiene la función "Reducción de Ruido para largas exposiciones" es aconsejable activarla, aunque con eso la cámara tardará en procesar las imágenes el mismo tiempo que tardó en obtenerlas.

Fuegos artificiales. Fiestas de San Juan en la playa de Torredembarra, 2014.
Nikon D800 - Sigma 24-70 f2,8 IF EX DG
f8 - 9" - ISO 100

Ya veis como el fuego puede ofrecernos muchos y distintos motivos para poner en práctica nuestras habilidades fotográficas. Mi consejo es que empecéis con una sencilla hoguera, tranquilamente en casa o donde podáis y que os toméis vuestro tiempo para hacer probaturas. Tirad rápido, lento, probad distintos encuadres... en definitiva, experimentad. A partir de ahí, la "curiosidad fotográfica" os impulsará a ir probando cosas nuevas y la práctica os traerá la mejora.

22 jun 2014

Viajes: West Coast USA. Un viaje de película (III)

Hace sólo un rato estábamos pasando calor a la salida del Death Valley, ahora en cambio todo es verde y la temperatura presumiblemente ha bajado bastante... y digo presumiblemente, porque el termómetro de nuestro Chevrolet es en grados Farenheit, y la verdad, así no hay manera de saber a cuánto estamos.

De hecho, esto nos viene sucediendo desde que llegamos a los Estados Unidos... aquí no utilizan el sistema métrico decimal, sino que aplican el sistema anglosajón con lo que las millas, los galones, las libras, los pies y las onzas están a la orden del día. Un follón, vamos... Incluso la manguera para llenar el depósito de gasolina es distinta. En Europa, la verde es para la gasolina sin plomo y la negra para el gas-oil. Aquí no, parece que en el "primer mundo" es al revés... Esto lo aprendí ya al primer día, y por suerte el boquerel del gas-oil es más grande y no entró en la boca del depósito...que si no la liamos.

En fin, que decíamos que la temperatura había bajado. Claro, puesto que estamos ascendiendo por el Tioga Pass, la entrada oeste al Parque Nacional de Yosemite. Esta paso, de nombre iroqués, atraviesa las montañas de Sierra Nevada y suele estar cerrado por la nieve desde finales de Octubre hasta bien entrado Mayo. Voy trazando las curvas pero mis ojos no pueden apartarse de las impresionantes moles rocosas que se ven por la ventana, cosa que nos cuesta algún susto... pero es que no puedo dejar de mirar. El paisaje es precioso, y después de estar varios días por zonas desérticas, supone un cambio de decorado brutal.

El Capitán, 2307 m. PN Yosemite, California (USA)
Nikon D300s - Sigma 18-55 f2,8 EX DC Macro
f13 - 1/125" - ISO 100
La extensión del Parque Nacional de Yosemite es de más de 3000 km2, y aunque me encantaría quedarme aquí varios días (o mejor dicho, varias semanas) para recorrer sus senderos con más tranquilidad, sólo vamos a disponer de unas horas para dar una vuelta por la zona baja del parque, conocida como "The Valley". De hecho, el Valle es lo más conocido de Yosemite y desde él podremos ver sus dos símbolos (El Capitán y el Half Dome).

Lo primero que nos encontramos (como pa no verlo...!) es la mole conocida como "El Capitán", un monolito de granito de 2307m de altura y con unas paredes verticales que son el sueño de cualquier escalador de roca. Nos paramos un rato y tratamos de ver si hay alguien intentando alguna vía. Al final, y usando el teleobjetivo a modo de prismáticos, conseguimos ver a una cordada de 4 personas progresando lentamente a media altura. Aunque el récord de escalada rápida está en poco más de 2 horas y media, lo más usual es que se tarden de cuatro a cinco días en completar la ascensión. Como curiosidad... una escalada ficticia al Capitán aparece en la película Star Trek V, cuando el capitán Kirk la escala por la simple razón de que "está ahí".

El Half Dome reflejado en las aguas del río Merced.
PN Yosemite, California (USA)
Nikon D300s - Sigma 18-55 f2,8 EX DC Macro
f13 - 1/50" - ISO 100

Seguimos nuestra visita al Valle de Yosemite y a los pocos minutos nos volvemos a detener. Otro de los iconos del parque asoma a lo lejos. Se trata del Half Dome, o "media cúpula", un domo granítico que se alza a más de 1400 metros sobre el valle. Es muy curiosa esta montaña, redonda por un lado y cortada por el otro, de ahí su nombre. La parte vertical también es un hito para los escaladores, mientras que por el otro lado -el redondo- existe una ruta de senderismo que permite subir hasta la cima con la ayuda de unos cables de acero en el tramo final. Esta montaña tan característica es el símbolo del Parque Nacional de Yosemite, apareciendo hasta en el logotipo.

La tarde está siendo buenísima (no hay que olvidar que estamos en alta montaña) y aunque sabemos que en esta época no baja casi nada de agua, nos animamos con una caminata corta hasta la base de las cascadas Yosemite. Éstas son estacionales y alcanzan su máximo caudal en primavera, con el deshielo. Ahora en septiembre están prácticamente secas, pero hoy llevamos muchas millas en el coche y hay ganas de estirar las piernas. Al final no vemos casi agua, pero el paseo es delicioso, entre bosques de frescas coníferas. Hasta vemos un ciervo!

Atardecer sobre El Capitán. PN Yosemite, California (USA)
Panasonic Lumix DMC-LX3
f2,8 - 1/200" - ISO 80

Los parques nacionales en los Estados Unidos son muy distintos a lo que los europeos estamos acostumbrados. Son tan enormes que dentro hay accesos, servicios, hoteles y hasta tiendas... En Yosemite Village (donde está la sede del parque) vemos una exposición de fotografías de Ansel Adams. Quizá a muchos no les diga nada este nombre, pero es uno de los mayores fotógrafos de paisajes de todos los tiempos y Yosemite le debe mucho. Fue en parte gracias a sus magistrales fotografías y a la labor del conservacionista John Muir que se logró crear este parque nacional y conservar así las maravillas de este rincón de la Sierra Nevada californiana. No hace falta decirlo, pero disfruto como una enana viendo sus imágenes en blanco y negro en el sitio donde fueron tomadas.

Cuando salimos ya está atardeciendo. Pasamos por el "Campo IV" (zona de acampada donde plantan sus tiendas la mayoría de escaladores que vienen al parque) y no puedo resistir la tentación de mandarle un mensaje a mi hermano -escalador también-. Un escueto "Estoy en el Campo IV" me sirve, él ya lo entenderá. La respuesta no se hace esperar: "Hijaputa!!" me contesta. Con cariño, eso sí.

Vamos de retiro ya... tenemos unas cuantas millas hasta Oakhurst, donde pasaremos la noche. Y es que encontrar alojamiento (a un precio razonable) dentro del parque es labor casi imposible si no te lo tomas con mucho tiempo. Antes de abandonar The Valley por el túnel, nos detenemos para contemplarlo por última vez, y el regalo para nuestros ojos es espectacular. Todo el valle a nuestros pies mientras las cimas de El Capitán, Half Dome, Sentinel Rock y las otras crestas recogen el color anaranjado del ocaso.

The Valley desde el Tunnel View. PN Yosemite, California (USA)
Nikon D300s - Sigma 18-55 f2,8 EX DC Macro
f6,3 - 1/50" - ISO 400

Nos ha gustado tanto Yosemite que durante la cena decidimos hacer un pequeño cambio de planes en la jornada del día siguiente. El plan original era ir bajando hacia San Francisco, pero mi compañera de viaje propone volver a entrar en el parque (la entrada sirve para varios días) y visitar la zona de Mariposa Groove y sus enormes secuoyas por la mañana, y de ahí ya tirar para la ciudad de la bahía.

Dicho y hecho, al día siguiente nos levantamos pronto y volvemos sobre nuestros pasos hasta entrada sur del parque. Una vez allí, debemos dejar el coche y tomar una lanzadera gratuita que nos acerca hasta Mariposa Groove, donde a través de un sendero interpretativo vamos viendo varios ejemplares de los que son los árboles más altos del planeta. Las Secuoyas. Simplemente, enormes!

Foto para el recuerdo al lado de una Secuoya. Y ésta es de las pequeñas...
Mariposa Groove, PN Yosemite. California (USA)
Nikon D300s - Sigma 18-55 f2,8 EX DC Macro
f8 - 1/125" - ISO 100

Ahora sí, es casi mediodía y ya va siendo hora de ir pasando hacia San Francisco... tenemos más de 300 km por delante y si no, no llegaremos nunca... Así que abandonamos el Parque Nacional de Yosemite y bajamos siguiendo el curso del río Merced por el bonito valle de Catheys y la denominada "Central Yosemite Highway", que no deja de ser una carretera convencional (la estatal 140 para más datos). Vemos como poco a poco el paisaje cambia y pasamos por grandes ranchos, tranquilos pueblos y hasta por ordenadas plantaciones de árboles de frutos secos. Es divertido, justo al lado de la carretera unos carteles indican qué cultivos estamos viendo. Almendras, pasas, nueces... No, si las nueces de California tenían que salir de algún sitio, ya veo...

Comemos algo en ruta -estamos en el país del fast food y no es difícil encontrar algún sitio medio decente para un tentempié- y a primera hora de la tarde estamos a punto de llegar a San Francisco por el Puente de Oakland, o Puente de la Bahía. Lo más curioso de este puente no es que sea la plataforma de acero más larga del mundo (más de 7 km), o que esté formado por dos tramos con una isla en medio, o incluso que tenga dos niveles... no, lo que encuentro más curioso de este puente (y de todos los de la ciudad) es que el peaje sólo se paga en un sentido. Y es el nuestro! Que mala suerte!

Atravesando el Bay Bridge, Bahía de San Francisco, California (USA)
Panasonic Lumix DMC-LX3
f7,1 - 1/1000" - ISO 80
En fin, al otro lado del Bay Bridge se encuentra una de las ciudades más atractivas de todos los Estados Unidos, la más liberal, cuna del movimiento hippie de los 60 y que ha servido de decorado y localización para innumerables películas. Así a bote pronto se nos ocurren bastantes... La mítica "Bullit" con Steve Mc Queen y su Ford Mustang, el clásico "El Graduado" con Dustin Hoffman y una increíble banda sonora, "Harry el Sucio" donde el gran Clint Eastwood lanzaba sus frases lapidarias -si quiere garantías, cómprese una tostadora!-, "Instinto Básico" con un cruce de piernas de Sharon Stone que escandalizó al mundo, "En Busca de la Felicidad" con Will Smith y su hijo pasándolas putas por toda la ciudad, "La Red", "The Game", "Copycat", "El Halcón Maltés", "La Mujer de Rojo", "Noviembre Dulce", "La Roca" y algunas del maestro del suspense Alfred Hitchcock como "Los Pájaros" o "Vértigo". Uff, y nos dejamos muchas más... Realmente esto es una ciudad, o es un plató de cine?

Otra cosa que abunda en San Francisco son los vagabundos. Homeless, los llaman aquí. Si, también son de película... barbudos, sucios, desdentados y muchos de ellos arrastrando un carrito de supermercado con todas sus pertenencias... aunque inofensivos...o eso dicen. Precisamente un sin techo de estos es el que nos abre la puerta del coche cuando llegamos al hotel, esperando una propina ante nuestras sorprendidas caras. Ya veo que nos tendremos que acostumbrar a ellos...

Transamerica Pyramid, en el Financial District. San Francisco, California (USA)
Panasonic Lumix DMC-LX3
f5,6 - 1/500" - ISO 80

Una vez instaladas en el Pickwick, un hotel histórico (fue construido en 1926), con cierto aire vintage y que aparece nombrado en la novela -y la película- "El Halcón Maltés", salimos a dar nuestro primer garbeo por la ciudad. Como estamos relativamente cerca, pasamos por Union Square y cruzando Chinatown y el Financial District llegamos a The Embarcadero, la terminal de ferries. Hoy también tenemos una tarde fantástica y pasear por esta ciudad es realmente un gustazo!

Pero a la mañana siguiente el clima es completamente distinto... ya lo dijo Mark Twain "El invierno más frío que pasé, fue un verano en San Francisco". Pues eso, el día amanece encapotado y nuboso, un cambio de tiempo muy típico de esta ciudad y su bahía. Decidimos dejar el coche bien aparcado y movernos en transporte público. Cuando una no conoce bien la ciudad, es mucho más fácil así, y nos quitamos el problema de dónde dejar el coche... Así pues, pagamos 13 dólares por un MUNI passport para un día, el cual nos provee de transporte público ilimitado (incluidos los famosos Cable-Cars, que probaremos más tarde) para toda la jornada. ¿Por dónde empezamos? Sólo hay una respuesta... vámonos al Golden Gate!

Golden Gate bridge, San Francisco, California (USA)
Nikon D300s - Sigma 18-55 f2,8 EX DC Macro
f9 - 1/125" - ISO 100

El puente colgante más famoso del mundo se construyó entre 1933 y 1937 y fue toda una proeza de la ingeniería de la época. Atraviesa el estrecho de Golden Gate (de ahí su nombre) y une la ciudad de San Francisco al sur con Sausalito y el condado de Marin al norte. Su característico color rojo se debe a la pintura usada para prevenir la oxidación del metal debido a la brisa húmeda y salada del Pacífico. La altura total de las torres es de 230 metros, y ya sólo de la pasarela al mar hay casi 75, suficientes para los numerosos suicidas que cada año vienen a tirarse desde ahí. De hecho, este puente se considera el segundo lugar del mundo donde se comenten más suicidios... Es por esto que el Golden Gate cuenta con cámaras de vigilancia y un equipo de psicólogos para hacer desistir a los que se quieran tirar... que cosas!

Nosotras, a lo nuestro. Sin la más mínima intención de tirarnos -si hombre... ¡con lo bien que nos está saliendo todo!- paseamos por la acera este del puente (la oeste sólo está abierta para los ciclistas) y nos hacemos las típicas fotos de recuerdo mientras observamos los cables, las torres y el tráfico marítimo que pasa por debajo. Realmente increíble este puente...

Leones marinos en el Pier 39. San Francisco, California (USA)
Nikon D300s - Sigma 70-300 f4-5,6 DL Macro
f8 - 1/250" - ISO 400

La siguiente parada la hacemos directamente en Fisherman's Wharf, la antigua zona portuaria de San Francisco, donde Jack London ambientó más de una de sus novelas y que vio llegar a muchos inmigrantes atacados por la fiebre del oro de mediados del s.XIX.  Allí paseamos por el Pier 39, uno de los muelles reconvertido en centro comercial al aire libre, con tiendas, restaurantes y juegos para los niños. Pero quizás la visión más conocida de este muelle sea la de decenas de leones marinos tumbados al sol al final de una de las dársenas, y es que esta colonia de otarinos ha establecido aquí su residencia permanente.

Entre una cosa y otra va siendo hora de comer y lo hacemos en uno de los locales del puerto, donde probamos las gambas -shrimp las llaman aquí- y la típica sopa de cangrejo. Ahora sí, después de comer llega la hora de montarnos en los populares tranvías de San Francisco!

Cable-Car subiendo por Powell st. Al fondo, la isla de Alcatraz.
San Francisco, California (USA)
Nikon D300s - Sigma 70-300 f4-5,6 DL Macro
f9 - 1/160" - ISO 250

Realmente, el nombre correcto para este anticuado -pero encantador- medio de transporte urbano es "Cable Car", ya que los vagones se mueven gracias a ir enganchados a un cable de acero en continuo movimiento que se encuentra por debajo de la calle.  Este particular sistema de tracción hace que puedan superar las empinadas colinas de la ciudad, pero en las bajadas (también con mucho desnivel) ver como el conductor acciona el vetusto sistema de frenos mientras el vagón se va embalando da, como mínimo, un poco de jiñe...

Hoy en día sólo quedan 3 líneas de cable-car en funcionamiento y se mantienen principalmente con fines turísticos. Claro está... ¿quién va a visitar la ciudad sin subirse a uno de éstos? Nosotras, sin duda no, así que disfrutamos enormemente de la experiencia!

Lombard Street. San Francisco, California (USA)
Nikon D300s - Sigma 70-300 f4-5,6 DL Macro
f13 - 1/80" - ISO 250

Las colinas de San Francisco son uno de los elementos más conocidos de la ciudad. Algunas calles son tan empinadas que es obligatorio aparcar el coche con las ruedas giradas hacia la acera para que actúen como cuña y freno adicional. Pero sin duda, entre todas las cuestas de la ciudad, la más conocida es Lombard Street, una calle que debido a su acusada inclinación (27º) tuvo que ser trazada en "S" con 8 curvas muy cerradas para que pudiera ser transitada por automóviles.

Esta peculiar disposición del trazado la hace la calle más sinuosa de todos los Estados Unidos y por ese mismo motivo ha aparecido en escenas de persecución de muchas películas. También el protagonista de "Vértigo" vivía en Lombard Street, concretamente en el número 900, aunque eso ya queda fuera del tramo sinuoso. Me gustó la calle, pero me decepcionó un poco verla atestada de coches de turistas bajando por ella mientras la mayoría grababan en vídeo el lento descenso... En fin, las cosas no siempre son como las imaginamos...

"The Painted Ladies", antiguas casas victorianas en Álamo Square. San Francisco, California (USA)
Panasonic Lumix DMC-LX3
f8 - 1/200" - ISO 80
Otra de las típicas estampas de la ciudad que no queríamos perdernos fueron las "Painted Ladies", una serie de antiguas casas victorianas situadas en Alamo Square y desde donde -en días claros (no fue el caso)- se obtiene una espléndida vista de las "Damas Pintadas" en primer plano con toda la ciudad al fondo. Realmente, es un "postal" muy típica de San Francisco.

Estas casas fueron de los pocos edificios que sobrevivieron al gran terremoto de 1906, pero sin duda muchos de los lectores de mi generación (y tengo casi 40) las conocerán gracias a la careta de entrada de una de las series de TV más populares de los 90: "Padres Forzosos" (Full House en inglés). Y es que... ¿quién no se acuerda del guapísimo "Tio Jesse"?

Bandera arco iris en Castro St. San Francisco, California (USA)
Panasonic Lumix DMC-LX3
f2,8 - 1/250" - ISO 80

El barrio de Castro queda a escasa distancia de Alamo Square, así que fuimos paseando hasta su calle principal, llena de banderas arco iris y de alusiones a la libertad sexual ya que es aquí donde se concentra la mayor parte de la población homosexual de la ciudad, constituyendo el mayor barrio gay de toda Norteamérica. El barrio es tranquilo y agradable, aunque dicen que hay cierto rechazo a los heterosexuales que quieren instalarse allí. No sé, la verdad, no llegamos a tanto.

Auténtica diligencia del viejo y salvaje Oeste. Museo Wells Fargo, San Francisco, California (USA)
Panasonic Lumix DMC-LX3
f2 - 1/30" - ISO 100

Lo sé, nos dejamos muchas cosas por ver en esta fantástica ciudad. Aunque en un principio habíamos planeado la visita al final no fuimos a Alcatraz, ni a Twin Peaks, ni a Nob Hill ni a Golden Gate Park, ni a muchos otros sitios. Una auténtica lástima, si, pero sólo estuvimos 2 noches y teníamos que seguir ruta hacia el sur...

Eso si, llamadme friki si queréis, pero yo no quería irme de San Francisco sin echarle un ojo al museo que la compañía "Wells Fargo" tiene en la planta baja de su sede local. ¿Y por qué? Pues quería ver la diligencia -auténtica y restaurada- que tienen expuesta allí. Después de pasarme la infancia viendo películas de "vaqueros", una diligencia de correo era para mí un verdadero mito del lejano y salvaje oeste, y no podía dejar de ir a verla. Y la verdad... no me defraudó. A parte, en el pequeño museo también hay otros objetos de la época, como un telégrafo que funciona, míticos carteles de "Wanted", fotografías y biografías de bandoleros de leyenda, antiguas cajas fuertes, un espacio dedicado al Pony Express  y muchas más cosas. Y la mayoría interactivo. Qué queréis que os diga... me lo pasé en grande!!

Como resumen... creo que fue una fantástica pincelada de una de las ciudades con más encanto de todos los "States". Me apunto el destino para volver con más tiempo. También -por supuesto- Yosemite, del que me gustaría disfrutarlo con más calma e ir en otra época del año para ver las fantásticas cascadas. Quizá me tenga que mudar aquí... no sé... me da un poco de miedo el tema de los terremotos, pero por lo demás, es un lugar genial para vivir!

(Continuará...)

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19 jun 2014

Fotografia Fácil: La Luz (I). Tipos y cualidades

La palabra fotografía deriva de los vocablos griegos FOTO (luz) y GRAFIA (escritura). De esta manera, el significado sería "escribir -o pintar- con luz". Así pues, y tal como nos indica la misma palabra, lo único que necesitamos para tomar una fotografía es luz. Si ya lo digo yo, que en el fondo la cámara es secundaria...

Pues si, la luz lo es todo en fotografía, y el éxito o el fracaso de nuestras imágenes dependerá -en buena parte- de cómo la luz incide en la escena que queramos plasmar. Por eso es importante conocer qué tipos de luz nos podemos encontrar y cómo afecta ésta a nuestras imágenes.

La luz, principal elemento para la fotografía.

En primer lugar, y dependiendo de su origen tenemos:

-Luz Natural. Básicamente la emitida por el Sol y que llega a la tierra atravesando la atmósfera. No nos quedará más remedio que adaptarnos a ella, pero depende de a qué hora salgamos a hacer fotos y del estado del cielo, nos podrá dar diferentes matices en intensidad, dirección, dureza y color.

- Luz Artificial. Cuando proviene de fuentes de luz creadas por el hombre como flashes, focos, linternas, fluorescentes... Ésta tiene la ventaja que podemos modificar sus cualidades y dirección.

Luego, y dependiendo de su intensidad podemos encontrar distintos tipos de luz:

La luz dura provoca también sombras duras

- Luz Dura. Es una luz muy intensa, que provoca sombras definidas y profundas, por ejemplo la luz del sol en un día despejado.

Este tipo de luz acentúa el contraste entre luces y sombras, destaca los detalles de cada textura y satura los colores.

La luz dura ayuda a dar fuerza y carácter al motivo de la fotografía.



Una luz suave y homogénea suele ir muy bien al retrato.

- Luz Suave o Difusa. Se trata de una iluminación uniforme, que produce sombras muy suaves o nulas y con poco contraste entre las zonas más iluminadas y las más oscuras.

Podemos encontrar esta luz difusa en un día nublado, al alba cuando aún no ha salido el sol o cuando ya se ha puesto pero todavía queda luz residual, a la sombra en un día soleado o tamizando la luz dura mediante un elemento difusor.



La luz dura golpea al motivo, mientras que la difusa lo acaricia.


Otra de las propiedades que debemos de tener en cuenta a la hora de disparar, es la dirección y la altura de la luz, ya que dependiendo de su ángulo de incidencia sobre el objeto a fotografiar puede producir unos y otros efectos. Así pues, tendríamos:

Con la luz cenital las sombras de estos clásicos se proyectan hacia abajo
Luz Cenital. Cuando la fuente de iluminación viene de arriba, es decir, incide verticalmente sobre el motivo en un ángulo aproximadamente de 90º.

Hemos de tener en cuenta que este tipo de iluminación proyectará las sombras hacia abajo.

Al fotografiar personas, se formarán molestas zonas oscuras en la zona de los ojos, y si el sujeto lleva sombrero es muy probable que toda la cara nos quede a oscuras.


La luz frontal aplana las imágenes,
dejándolas sin volumen



- Luz Frontal. Es cuando el fotógrafo se encuentra entre la luz y el motivo o sujeto a fotografiar, es decir, cuando la luz ilumina la parte delantera del motivo. Por ejemplo, cuando disparamos con el flash de la cámara o con el sol a nuestra espalda.


Aunque este tipo de iluminación tiende a saturar mucho los colores, la luz frontal "aplana" las imágenes y éstas quedan faltas de volumen y textura.






Una iluminación lateral nos ayuda a dar volumen al motivo.

- Luz Lateral. En este caso, la luz incide por uno de los flancos o lados del motivo, cosa que hace destacar el volumen y las texturas, ayudando a dar un efecto de tridimensionalidad a nuestras fotos.

Así pues, las sombras adquieren importancia en el resultado final, pudiendo ser un elemento activo en la composición.






Cuando encontremos una situación de contraluz tendremos que escoger
entre exponer para las luces o para las sombras.

- Contraluz. Aquí la fuente de iluminación se encuentra por detrás del motivo a fotografiar, por consiguiente delante de la cámara, cosa que puede "engañar" al fotómetro. El motivo queda iluminado solamente por la parte que no se va a ver en la fotografía y las sombras se proyectan hacia el fotógrafo.

Suelen ser situaciones con un alto contraste y mucho rango dinámico y, por regla general, deberíamos prestar mucha atención como exponemos para este tipo de imágenes.




También es importante conocer como afectará a nuestras fotografías el momento del día que escojamos, ya que la luz puede ser muy distinta dependiendo de una u otra hora.

- Al alba, justo antes de que salga el sol, la luz tiene grandes propiedades fotográficas ya que es clara, limpia y fría. También es una luz muy suave, prácticamente homogénea y sin grandes diferencias ni contrastes entre luces y sombras.

En lo fotográfico, madrugar siempre suele tener la recompensa de una luz excelente.

- La salida del sol nos proporciona una iluminación muy cálida ya que la luz contiene más tonos amarillos y rojizos que azulados. A primera hora es cuando la atmósfera suele estar más límpida y obtendremos una gran definición en los temas iluminados directamente por los rayos solares.

Quizá no todos los días la luz sea tan cálida, pero la salida de sol siempre es un momento mágico.

Eso sí, es una luz que dura muy poco, puesto que a medida que el sol va ganando altura la calidad de la luz cambia rápidamente. Deberemos estar atentos y es aconsejable tenerlo todo preparado con antelación, ya que no dispondremos de demasiado tiempo para disparar.

El color de la luz cambia en minutos. Hay que estar atentos.

- Durante la mañana, el sol que asciende por el cielo nos proporciona una luz bastante limpia y sin prácticamente dominancia de color.

Una luz limpia y neutra, una mañana de verano en el norte de Escocia.

- El mediodía no sería el mejor momento para tomar fotografías. El sol se encuentra por encima de nuestras cabezas y esto hace que incida perpendicularmente sobre el paisaje, dejándolo plano y sin volumen. Es el momento de máxima intensidad solar, con lo que la diferencia entre luces y sombras (el contraste) suele ser muy acusada. Además, cuando el calor provoca calima esto hace que la luz sea demasiado brumosa para fotografiar paisajes, aunque en invierno (cuando el sol va más bajo) o justo después de llover puede estar bien.

La luz cae a plomo al mediodía en la pequeña isla de Bréhat, en Bretagne.

- Por la tarde. A medida que el sol va bajando, la luz lateral va dando forma al paisaje haciéndonos ver pliegues y formas que con otra iluminación nos pasaban inadvertidas. También va cogiendo otra vez un tono más cálido. Cuanto más bajo esté el sol, más alargadas serán las sombras y más cálido el color.

La luz baja de la tarde da forma y relieve al paisaje. Pn de la Serra de Montsant.

- La puesta de sol nos puede deparar momentos mágicos si sabemos aprovecharla. Es un buen momento para hacer contraluces y captar todos los colores del cielo. Eso si, aunque sea el momento de mayor calidez del día, la intensidad del color no es siempre la misma.

Un cielo encendido, producto de una puesta de sol espectacular.

- La "Hora Azul". Justo después de que el sol se esconda, el resplandor o luz residual que queda en el cielo nos proporciona unos minutos de luz muy similar a la del alba, pero quizá más llena de color. A medida que baja el nivel de luz se nos hace necesario realizar exposiciones cada vez más largas, con lo que la ayuda de un trípode es casi esencial.

La "Hora Azul" es, simplemente, mi momento del día preferido.

- Y los días nublados? Normalmente cuando estamos de vacaciones y amanece nublado nos deprimimos un poco... pero en lo fotográfico los días tapados pueden ser perfectos ya que la luz es muy suave y tamizada, produciendo imágenes sin demasiado contraste. Estos días son ideales para el retrato, fotografía macro o interiores de bosque, motivos que de otra manera podrían quedar demasiado duros. Ah, y los colores os sorprenderán!

Los días tapados son ideales para, por ejemplo, fotografiar interiores de bosque. De otra manera se crearían muchos contrastes en los puntos donde la luz logra atravesar el denso follaje.

Y hasta aquí la primera parte del este post dedicado a la que debería ser la "mejor amiga del fotógrafo": la luz. En la siguiente entrega de Fotografía Fácil os explicaré las maneras que tiene vuestra cámara de medir la luz para que podáis sacar el máximo partido a cada situación.


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La luz (II): Tipos de medición