"La aventura, la gran aventura, es contemplar cómo aparece una cosa desconocida cada día delante de tus ojos".

-Henry Cartier-Bresson-

1 abr 2014

Con el servicio técnico hemos topado...

El otro día se me estropeó el coche. Si... tiene ya unos añitos y más de doscientos mil km., pero siempre había funcionado muy bien. Hasta ese día, claro. Festival de luces en el tablero y un inquietante avance a trompicones por la calle. No pintaba muy bien, no...

Total, que no tuve más remedio que llevarlo al taller. No voy a entrar en la eterna discusión de si es mejor llevarlo al servicio oficial (donde, según mis amigos, pagas las ganas) o a un mecánico de confianza. Ese sería otro tema, del cual también podríamos discutir largo y tendido pero al final lo llevé a la Volkswagen.

Así pues, a las 10 de la mañana dejé mi querido Golf en el taller VW de Reus, y a las 16.00 me llamaron que mi coche ya estaba listo. ¿Perdón? ¿Ya? Y yo que creía que se lo iban a quedar unos días... Pos al final tampoco era tan grave... las bobinas de encendido, me dijeron. Cambiadas y listo. Y de paso me habían revisado no se cuántas cosas más y encima me lo habían lavado gratis. En 6 horas. Y parando para comer... ah, y sin cita previa. Nada mal, no?

Este es el susodicho...cuando era nuevo, en un viaje a Bretaña y con el Mont-Saint-Michel al fondo. (Francia)
Nikon D70 - Sigma 70-300 mm. f4,5-5,6
f22 - 1/90" - ISO 200
Y aquí viene mi reflexión. ¿¿Por qué carajo no funcionan así los servicios técnicos de nuestras queridas cámaras fotográficas??  "Servicio Técnico".  Son las dos palabras que los fotógrafos no queremos oír nunca. Desde luego yo tiemblo sólo con pensarlo. No puedo hablar de los servicios técnicos de Canon u otras... pero del de Nikon, lamentablemente si. Finicon se llama. Y la verdad... dos meses para revisarle la zapata de accesorios a una D300 nuevecita... no sé... yo creo que es un poco demasiado... ¿no?

A lo mejor es que la enviaron a la otra punta de mundo para repararla... ah, no, que el taller está en Barcelona... a poco más de 100 km de casa. Ah, pues será que la pieza que fallaba la tuvieron que importar de Japón... ah, no, que al final no le cambiaron nada, sólo revisaron conectores... pues la verdad... no sé por qué me quedé sin cámara durante dos meses... Bueno, sí se me ocurren algunas razones... Quizá la enviaron por mensajero a pie... pasando como mínimo por Sebastopol...  o a lo mejor se perdieron y vagaron durante semanas por algún laberíntico polígono industrial... no sé, sigo pensando... puede que tengan una cola de cámaras para reparar y un sólo operario que no da abasto... o, ¿no será que se toman demasiado tiempo para desayunar?...

La verdad, no sé lo que pasó. Pero por lo que me dijeron en la tienda dónde la compré, incluso había tenido suerte, esta vez habían sido muy rápidos. ¿¿Cómooorr?? ¿¿Rápi..qué?? Esta gente no tiene el mismo concepto de rapidez que tengo yo...no cuela. El problema, creo yo, es que están solos. Monopolio, es la palabra. Si tienes una Nikon y se estropea, tienes que ir a morir a ellos. Y punto. Y como no hay nada más, pos toca ajo y agua. Si, el derecho a pataleta lo sigues teniendo, pero no sirve para nada. Llevar una cámara al servicio técnico es como hacer obras en casa: sabes cuando empiezan, pero nunca cuando terminan. Y es muy triste que en el s.XXI aún tengamos que ir así.

Ahora ya hace tiempo que, por suerte, no necesito de sus servicios pero, ¿sabéis qué? Creo que si alguna otra vez se me estropea la cámara la llevaré a la Volkswagen. Quizá no me la repararán (me encantaría ver la cara que pondría el recepcionista del taller, jaja!) pero apuesto a que me ofrecen café y me la limpian gratis. ;)


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