En éste, voy a hablaros de las líneas imaginarias, las que no se ven, pero están ahí. Y pueden tener un efecto tanto o más fuerte que las líneas reales. Sólo hay que estar atentos, y componer teniéndolas en cuenta.
La mirada. Mucho más que una línea.
Cuando fotografiamos a alguien, lo más típico es que el sujeto esté mirando a cámara. Con este gesto, se establece una relación entre el sujeto y el fotógrafo y, por extensión, con todo aquél que luego vea la fotografía.
Mirando a cámara se establece una conexión entre la persona retratada y el fotógrafo NIKON D300s - Sigma 70-200 f2,8 APO EX DG OS f4,5 - 1/200" - ISO 200 |
Mediante la mirada del sujeto (y también otros elementos de expresión faciales o corporales) podemos hacernos una idea del estado de ánimo del retratado, es decir, la fotografía se convierte en una manera de transmitir emociones o sensaciones. Así pues, merece la pena dedicar un poco de atención a la mirada de nuestros sujetos. Muchas veces será el elemento que hará de esa imagen "algo más" que una simple foto.
Al realizar un primer plano hemos de procurar encuadrar de manera que los ojos de la persona queden en uno de los tercios de la imagen (normalmente en el tercio superior). A parte de intentar que el sujeto se sienta cómodo, deberemos prestar atención en el momento de enfocar. En un retrato, el punto de enfoque principal deben ser los ojos del sujeto.
¿Y si no mira directamente a cámara?. Ya sea en un posado o un robado, cuando el retratado no mira a cámara es que fija su atención en otro punto. Éste puede estar dentro o fuera de la imagen. Pues con eso ya tenemos una primera línea imaginaria, la línea de la mirada, desde los ojos del sujeto a lo que merece su atención.
Esta línea nos puede dar mucho juego si la sabemos aprovechar, o también podemos crearla adrede, simplemente diciendo "mira para allá".
Con la línea de la mirada podemos reforzar la atención del espectador hacia otro punto de la foto, o incluso plantear interrogantes al espectador que harán que la fotografía tenga ese plus al preguntarnos "¿qué mira?" o "¿en qué debe estar pensando?"
Cuando la mirada y el objeto de esa mirada están ambos dentro de la foto, la línea imaginaria es mucho más clara y fuerte. Aunque no la veamos, inconscientemente vamos a seguirla, empezando por los ojos y terminando en el qué mira. Así pues, estamos reforzando el objeto de esa mirada, ya que estaremos guiando al espectador hacia él con la línea imaginaria.
En este caso, conectamos con la línea de la mirada a dos elementos (ojos y mano con el cepillo) situados en dos puntos fuertes de la imagen y provocamos que la mirada del espectador vaya de uno a otro. La foto queda estructurada. El fondo aporta contexto a la imagen.
Por último, en cuanto a la línea de la mirada, os pongo un divertido ejemplo de un juego de miradas cruzadas, un aparente descontrol controlado que, no sólo se convierte en el motivo principal de la fotografía, si no que hace que ésta tenga sentido.
No es ningún truco de photoshop, tan sólo una ilusión óptica dentro de un laberinto de espejos. NIKON D300s - Sigma 18-50 f2,8 IF EX DG f3,8 - 1/50" - ISO 3200 |
En este juego de reflejos y miradas, tenemos 3 grupos de miradas, por lo tanto 3 líneas imaginarias que estructuran la fotografía y guían al espectador por ella.
En la foto pequeña están marcadas en distintos colores.
Las líneas de movimiento.
No todo en una imagen tiene que ser estático. Muchas veces el centro de interés -u otros elementos- de la fotografía está en movimiento. A parte de decidir cómo plasmamos ese movimiento (congelado, barrido, estela...) también podemos aprovechar el recorrido de lo que se está moviendo para componer nuestra imagen.
"Look Right". Gente cruzando un paso de peatones, Londres. NIKON D70 - Nikon 18-55 f3,5-4,5 f13 - 1/45" - ISO 200 |
Pero si nos fijamos en las líneas de movimiento, de dónde viene y hace dónde va la gente, la foto se estructura. También hay otro elemento compositivo buscado adrede, la frase "look right" (mire a la derecha) situada en el tercio inferior, mientras que la gente ocupa los otros dos.
Grand Central Terminal, New York NIKON D300s - Sigma 18-50 f2,8 IF EX DG f3,5 - 1/2" - ISO 200 |
Luego, el ligero desenfoque de las letras superiores nos sugiere este movimiento hacia abajo. Aunque las letras aparezcan movidas, sigue siendo posible leerlas, lo que nos sirve para situarla en el lugar donde fue tomada.
"Dar aire" a la fotografía
A parte del interés evidente de hacia dónde está dirigida la mirada (dentro o fuera de la foto), también hemos tener en cuenta otra cosa cuando encuadremos en estos casos. Por regla general, debemos dejar más espacio hacia allá dónde se mira que el que dejamos al otro lado.
Es lo que llamamos "dar aire" a la fotografía. Esta sencilla regla hará que la imagen nos resulte más cómoda de visionar y también de interpretar. A parte, resulta una composición más equilibrada.
Mirando si viene. Hugh St, Londres. NIKON D70 - Nikon 18-55 f3,5-4,5 f5,6 - 1/125" - ISO 200 |
A parte de que ¡por una vez salgo yo en los ejemplos!, en esta foto podemos ver claramente el concepto de "dar aire" a la mirada dentro de la fotografía.
Simplemente se trata de encuadrar de manera que quede más espacio hacia dónde se mira que hacia el otro lado.
Y lo mismo ocurre con el movimiento. Daremos aire a la fotografía si dejamos más espacio delante del sujeto para que éste "avance" naturalmente. De lo contrario, la foto nos resultará incómoda y un poco rara de ver.
María Álvarez y "Nobby". Campeonato de Europa de Raid, Florac 2011 (Francia) NIKON D300s - Sigma 70-200 f2,8 APO EX DG OS f4 - 1/640" - ISO 100 |
Así pues, recordad de "dar aire" tanto cuando fotografiéis sujetos en movimiento como miradas. La imagen final os lo agradecerá!
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